Rue20 Español/Tánger
El Abbas Tahri Joutey Hassani
Ante la severa sequía que azota a Marruecos debido al cambio climático, las autoridades de Tánger están acelerando los preparativos para construir la planta desaladora de agua de mar más grande del norte del país.
Ubicada en la zona de Huara, esta ambiciosa instalación representa una solución sostenible y estratégica para garantizar el abastecimiento de agua potable a largo plazo en la región de Tánger-Tetuán-Alhucemas, tal como recoge el medio Atalayar.
El proyecto, supervisado directamente por el nuevo valí de la región Younes Tazi, forma parte del programa nacional marroquí para asegurar el suministro hídrico a sus ciudades.
De acuerdo con expertos, la desaladora podrá bombear entre 30 y 80 millones de metros cúbicos de agua potable anuales para Tánger y localidades cercanas; como Arcila y posiblemente Larache.
Esto aliviará en gran medida la escasez que sufren, debido a los sucesivos años secos, que han dejado las presas locales con solo un 23 % de su capacidad.
Según cifras oficiales, Tánger recibe actualmente 28 millones de metros cúbicos anuales que podrían verse comprometidos de continuar la sequía.
La planta desalinizadora, que estará operativa dentro de 2 a 4 años, contará con un alto potencial técnico y financiero dada su importancia estratégica para el abasto de agua en la región.
Se prevé que genere decenas de puestos de trabajo cualificados y que impulse la economía local.
Su construcción por etapas requerirá la colaboración de múltiples organismos gubernamentales como la Oficina Nacional del Agua y la Agencia del Área Hídrica de Lucus.
De este modo, se diversificarán las fuentes de agua no convencionales en el marco de la visión de Marruecos para 2030.
La desalación se ha consolidado como una solución clave para Marruecos ante la escasez hídrica inducida por el clima.
Actualmente el país cuenta con 15 plantas desaladoras y para 2030 prevé ampliar su capacidad de producción hasta 1.460 millones de metros cúbicos anuales; una medida crítica para satisfacer la creciente demanda y mitigar los efectos de la sequía.
Con su ubicación estratégica cerca de tuberías de agua potable existentes, la desaladora de Tánger vendrá a reforzar la seguridad hídrica de toda la región norte de Marruecos.
Su puesta en marcha es un paso ambicioso —pero necesario— para asegurar las necesidades básicas de los ciudadanos marroquíes ante los desafíos del cambio climático.
En definitiva, la construcción de la gran planta desalinizadora de Tánger demuestra la visión estratégica de Marruecos para enfrentar de manera proactiva los retos del agua en el siglo XXI.
Al diversificar sus fuentes hídricas con innovadoras soluciones como ésta, el país manda un mensaje de resiliencia y de compromiso con el bienestar de su población, aún en tiempos de intensas dificultades ambientales.
Se trata de una iniciativa que, sin duda, aportará soluciones duraderas a la escasez del vital líquido; favoreciendo el desarrollo sostenible del importante territorio del norte marroquí.
