Rue20 Español/Rabat
El Abbas Tahri Joutey Hassani
«El Rey Mohammed VI considera que Mauritania ocupa un lugar central» en las iniciativas regionales que involucran directamente a Marruecos. Los dos países no tienen intención de detenerse ahí.
La visita del presidente mauritano Mohamed Ould Cheikh El-Ghazouani a Marruecos y su encuentro con SM el Rey Mohamed VI, pusieron de relieve la alianza estratégica ejemplar entre Rabat y Nuakchot.
El encuentro entre los dos líderes se inscribe en un esfuerzo sostenido en favor de las relaciones bilaterales, trascendidas por una visión común de desarrollo regional, integración económica y estabilidad. En este sentido, se prevé la pronta puesta en marcha de una asociación estratégica entre ambos países, que será un modelo de cooperación regional.
Rabat ha afirmado claramente este año (2024) que Mauritania desempeña un papel fundamental en la iniciativa marroquí destinada a garantizar el acceso de los países del Sahel al océano Atlántico.
«El Rey Mohammed VI considera que Mauritania ocupa un lugar central y estratégico en esta iniciativa», había declarado el jefe de la diplomacia marroquí Nasser Bourita en un encuentro anterior con su homólogo mauritano, Mohamed Salem Ould Marzouk.
Bourita también destacó la importancia que el monarca concede a las relaciones bilaterales, reafirmando su compromiso de afianzarlas en todos los planos. Reforzar los lazos bilaterales, señaló, «se inscribe en el corazón de las altas orientaciones reales».
Por otra parte, Rabat ensalza el papel del presidente mauritano, al que ha calificado de «polo de estabilidad» en el Sahel y África Occidental.
Los mecanismos de cooperación bilateral funcionan de forma positiva, se ha asegurado, y Rabat ha destacado la credibilidad de Mauritania y la confianza que inspira a sus socios internacionales.
Marruecos y Mauritania, unidos por una historia común y profundas conexiones geográficas y culturales, no han dejado de hacer sus relaciones más inquebrantables a pesar de los vaivenes geopolíticos. Rabat, como principal socio comercial de Mauritania en África, aspira a elevar esta colaboración a un nivel estratégico, especialmente a través de proyectos estructurantes y de gran alcance, como el gasoducto África-Atlántico.
En la reunión ministerial conjunta ampliada a los países de la CEDEAO en Marruecos y Mauritania, celebrada el 1 de noviembre de 2024 en Abuya, se registraron avances significativos en el proyecto de gasoducto África-Atlántico (AAGP).
Este proyecto colosal, estimado en 26.000 millones de dólares, se extenderá a lo largo de 6.800 km para conectar las reservas de gas natural de Nigeria con Marruecos, pasando por varios países de la CEDEAO y Mauritania, con una extensión prevista hacia Europa.
Los ministros de energía adoptaron acuerdos intergubernamentales y modelos de contratos tipo que enmarcan este proyecto, al tiempo que destacaron su papel clave para la integración regional y el mayor acceso al gas natural.
También avanzan los trabajos sobre los estudios de impacto ambiental y social, así como sobre las políticas de adquisición de tierras y reasentamiento. Sobre estos temas, Marruecos y Mauritania se consultan permanentemente.
Paralelamente al desarrollo del gasoducto, la reunión validó la puesta en marcha de la Facilidad de la CEDEAO para las Energías Renovables y la Eficiencia Energética (EREEEF).
Este mecanismo innovador, dotado de 75 millones de dólares, pretende financiar proyectos de energía limpia a través de subvenciones, préstamos y garantías, al tiempo que estimula las inversiones públicas y privadas.
Los ministros también aprobaron la adopción de una directiva regional para promover los proyectos de energía solar fotovoltaica conectados a la red, incluyendo sistemas de almacenamiento de energía por baterías (BESS).
Estas medidas refuerzan el marco regulatorio para el desarrollo de las energías renovables en la subregión. Todos estos anuncios incluyeron a Rabat y Nuakchot.
Más allá de los avances técnicos y económicos, la asociación estratégica entre Marruecos y Mauritania trascenderá las relaciones bilaterales para convertirse en un modelo de cooperación regional, basado en la complementariedad y la solidaridad.
Los proyectos en común, junto a las intervenciones en materia de energías renovables y los compromisos para el desarrollo del Sahel, encarnan una visión común de un desarrollo sostenible, que engloba la integración regional al tiempo que garantiza la seguridad energética.
Esta asociación, guiada por una voluntad política proactiva, se erigirá en palanca de estabilidad y prosperidad para el Sahel, África Occidental y más allá. Ilustra el papel de la diplomacia visionaria en la construcción de un destino común y un progreso colectivo.
