Rue20 Español/Rabat
Ibtissam Afajjay
El Black Friday, o Viernes Negro, vuelve un año más a nuestro país. Este fenómeno, originario de Estados Unidos, se ha expandido globalmente, llegando a las calles y plataformas online de Marruecos, donde los consumidores se convierten en cazadores de ofertas descontrolados.
El cuarto viernes de noviembre, plataformas digitales y tiendas de todo el país compiten por la atención del consumidor con ofertas que alcanzan hasta el 80% de descuento.
Esta estrategia de marketing, exitosa año tras año, incentiva el gasto, ofreciendo la satisfacción de obtener el mejor precio.
Las campañas publicitarias bombardean las redes sociales un mes antes, incitando al consumo compulsivo de productos que, en muchos casos, no son necesarios, solo por la satisfacción de adquirirlos a un precio «inferior» al original.
Económicamente, estas fechas representan un periodo de ingresos récord para tiendas y plataformas online, impulsando un crecimiento notable que, en muchos casos, equivale a varios meses de actividad regular.
Sin embargo, muchos consumidores han descubierto que algunos negocios inflan los precios originales meses antes del Black Friday para simular descuentos enormes, o venden productos de menor calidad, a menudo sobrantes de temporadas anteriores.
La moda del Black Friday sigue impulsando un consumo irresponsable en nuestro país, donde los únicos beneficiarios son los agentes de marketing que, año tras año, triunfan en sus campañas, transformando los caprichos de los consumidores en necesidades absolutas.
