Rue20 Español/ Mohammedia
Toufiq Slimani
Marruecos y España han dado con la tecla para volver a la senda de la normalidad diplomática para construir una asociación estratégica que esté a la altura de los enormes y distintos desafíos que amenazan la estabilidad, la seguridad y la prosperidad de ambos Reinos.
Las dos partes han logrado en apenas un mes fabricar un mejor ambiente para materializar el contenido de la carta enviada por el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, al Rey Mohamed VI, el 14 de marzo de 2022, publicado, el 18 de marzo de 2022, y poner en vigor los puntos de la Declaración Conjunta de Rabat adoptada durante la reciente visita de Sánchez a Marruecos, el 7 de abril de 2022.
Pero siempre hay quienes tratan de parar los pies hispano-marroquíes y avivar el fuego. El partido de la extrema derecha, Vox, no ve con buenos ojos el nuevo respiro hispano-marroquí.
Vox sabe muy bien que no puede manipular a los españoles respecto a la nueva decisión española de apoyar la Iniciativa de Autonomía para el Sáhara planteado por Marruecos desde 2007. Por eso trata de jugar la baza de Ceuta y Melilla.
Señalar al otro, en este caso Marruecos, podría ser muy rentable de cara a las próximas elecciones, pero no protege los intereses primordiales de los españoles. Vox se guía por los votos, no por los intereses estratégicos, geopolíticos y económicos de España.
En una pregunta dirigida por el grupo parlamentario voxista al Gobierno español el 18 de febrero de 2022 alegó que «El Reino de Marruecos va a equipar drones para ‘vigilar la frontera’ con misiles capaces de alcanzar un objetivo a 14 kilómetros en las fronteras de Ceuta y Melilla».
En la segunda pregunta, se preguntó si la Moncloa iba «a realizar algún tipo de iniciativa o consulta al Reino de Marruecos ante la instalación de esos drones en la frontera con Ceuta y Melilla».
Vox tuvo que esperar más de dos meses para tener las respuestas. El 21 de marzo de 2022, después de tres días de la publicación de la carta de Sánchez al rey Mohamed VI, el Gobierno español respondió a Vox: «El Gobierno continúa trabajando por definir unas relaciones con Marruecos a la altura del siglo XXI, basadas en la confianza, la transparencia, el respeto mutuo y el cumplimiento de los compromisos adquiridos».
Agrega también que»el Gobierno de España desea mantener la mejor relación de vecindad posible con Marruecos, socio estratégico».
«Así, el Gobierno trabaja y seguirá trabajando en los ámbitos de cooperación sobre los que se sustenta nuestra relación con Marruecos, buscando la mejor relación y el beneficio mutuo, y defendiendo siempre los intereses de
España», explicó la Moncloa en la respuesta.
El Gobierno español dejó muy claro en su respuesta que Marruecos tiene todo el derecho del mundo de proteger y controlar sus fronteras con los medios que considere convenientes.
«El Gobierno defiende y defenderá siempre la integridad territorial de España, y
actuará con firmeza en caso de que esta sea vulnerada. Asimismo, cabe indicar que dentro de los esfuerzos en materia de paz y seguridad cada país es soberano para gestionar la vigilancia de sus fronteras con los medios que considere conveniente», concluyó.
La respuesta del gobierno español está en total consonancia con la carta de Sánchez que afirma que «nuestro objetivo debe ser construir una nueva relación, basada en la transparencia y la comunicación permanente, el respeto mutuo y el respeto a los acuerdos firmados por ambas partes y la abstención de toda acción unilateral, para estar a la altura de la importancia de todo lo que compartimos y para evitar futuras crisis entre nuestros países».
También explica la carta que «todas estas acciones se llevarán a cabo con el fin de garantizar la estabilidad e integridad territorial de nuestros dos países».
Además de la carta, la Declaración Conjunta de Rabat volvió a corroborar que «los temas de interés común serán tratados con espíritu de confianza, a través de la concertación, sin recurrir a actos unilaterales o hechos consumados».
Con la madera torcida de Vox, España no puede construir algo recto. El Gobierno español lo sabe, por lo tanto, frena todos los intentos de debilitar o abortar esta nueva etapa prometedora. Los desafíos son enormes, pero hay que darle tiempo al tiempo.
