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viernes, noviembre 22, 2024

Reparar el despilfarro urbanístico y arquitectónico en Marruecos

 

Rue20 Español/ Fez

 

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Mustafa Akalay Nasser*

 

Durante estas últimas seis décadas, la ciudad marroquí experimenta otra historia, pasa de una ciudad compacta a una ciudad desordenada que se caracteriza por un descontrolado proceso de urbanización causante de la ruptura del equilibrio tradicional entre lo rural y lo urbano y tendiendo a construir sin cesar inmuebles, chalets sin orden ni concierto.

 

La creciente demanda de suelo urbanizable favorece el desarrollo de barrios de latas o barrios bajos en zonas poco urbanizables como fuertes pendientes, zonas inundables o contaminadas, contribuyendo de esta manera al deterioro de la calidad de vida en el espacio urbano: barrios deprimidos sin infraestructura mínima, pero habitados desde hace mucho tiempo, son fácilmente observables en la periferia de cualquier ciudad marroquí e indican el desacelerado crecimiento urbano y la incapacidad de las administraciones para satisfacer las nuevas necesidades creadas.

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La ciudad marroquí presenta una aguda crisis, un déficit en materia de vivienda para personas con escasos recursos económicos, que crece día a día con el aumento de la población debido a la migración rural incitada por los espejismos de las ofertas de empleo y mejores condiciones de vida.

 

Las medinas o ciudades antiguas están degradadas físicamente e intelectualmente devaluadas: Las élites urbanas las habían abandonado para instalarse en barrios nuevos chic, algunas habían quedado vacías, otras habían acogido a la gente del campo. Estas medinas quizás aún no sean apreciadas en su justo valor por toda la población de un país cambiante dividido entre la tradición y la modernidad, para quienes el éxito depende muchas veces del acceso a nuevos modos de vivienda y de una relación aún negativa hacia dichas medinas.

 

Hablar de ciudadanía o urbanidad en estas condiciones, parece ser un retroceso, un intento de desenterrar un tema que tiene tintes de nostalgia según el geógrafo Naciri, por lo tanto, se vive una grave crisis de ciudadanía.

 

Durante años, la solución a todos los problemas inmobiliarios ha sido verter un poco más de cemento siempre un poco más lejos, en terrenos baldíos. Del año de 1956 a nuestros días a partir de la década de 1980 se ha venido observando en las ciudades marroquíes el deterioro de muchos inmuebles, el estado de la edificación acusa un cierto grado de deterioro físico por deficiencias de mantenimiento y dificultades para la rehabilitación a causa de una ley de arrendamientos urbanos antigua y caduca. Propietarios, inquilinos y autoridades municipales se acusan mutuamente del deterioro del parque inmobiliario.

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Los primeros se quejan de la ley de arrendamientos, que se remonta a los años del protectorado y mantiene congelados alquileres irrisorios que no permiten afrontar obras de rehabilitación.

 

Todo aquel que haya conocido los ensanches de Tetuán y Larache, siente hoy tristeza nostálgica al patearlos: Las paredes de las casas de corte español están resquebrajadas, las ventanas desvencijadas, los cristales rotos, las puertas desgastadas. Los diferentes agentes externos a los que se exponen constantemente los edificios, causan el deterioro y daño habitual que se puede apreciar en inmuebles de mayor antigüedad.

 

Lo de Larache clama al cielo ya que su patrimonio arquitectónico de los años 30 donde se advertía la incorporación de estilos vanguardistas en boga en esos momentos en Europa – (El cine Ideal)- ha sido saqueado y expoliado, se ha procedido de manera deliberada a la demolición de edificios de interés del ensanche sustituyéndose por inmuebles de una fealdad extrema y falta de diseño arquitectónico. Ese ensanche de gran homogeneidad hasta los 60 ha sido desvirtuado por un proceso especulativo de construcciones de viviendas desproporcionadas que aumentan considerablemente la densidad de población, ocasionando fuertes impactos ambientales.

 

En relación a la medina se detecta un proceso de degradación, que se materializa en todos los niveles: social, económico, y de servicios. Hoy Larache es una ciudad devaluada y desvalorada que destila la falta de política urbana, es gravemente herida, olvidada, mal comunicada y nada atractiva más bien es una tumba para ilustres escritores como Jean Genet y Juan Goytisolo, y que espanta y repugna al visitante, al turista, al primer llegado, sino que se lo pregunten a Ahmed Mohamed Mgara que escribe en su muro de Facebook lo siguiente: Larache hoy. Unas horas de paseo… nada que ver el Larache actual con el de antes.

 

Desgraciadamente, ciudad abandonada, sucia y sin papeleras en ningún sitio…muy de lamentar, el hispanista Laabi habla de ciudad mártir, más bien ciudad dormitorio para jubilados desahuciados y refugio de perros errantes y gatos hambrientos. El antaño coqueto ensanche tiene fecha de caducidad desgraciadamente. Larache quien te ha visto y quién te ve.

 

En el caso de Tetuán su ensanche se caracteriza por tener construcciones de más de 90 años las cuales con el pasar de los años se han ido deteriorando. Algunos inmuebles de este ensanche poseen diferentes problemas causados por el paso de los años y el deterioro constante como: debilitamiento de los refuerzos estructurales, necesidad de restauración de fachada, entre otros. Los edificios sufren diferentes problemas que derivan en una pérdida de su fuerza estructural, lo que se refleja en daños, erosiones y fisuras. Algunas de las causas son: la humedad, la lluvia, el fuerte viento y el paso del tiempo.

 

Entre las patologías que se detectan en diferentes edificios podemos encontrar: desprendimiento de los aplacados, patologías de suelo, deslizamiento del cimiento, hormigón dañado, lesiones en los pilares. El deterioro del patrimonio arquitectónico del ensanche oeste y la identificación que la comunidad posee de él, son interrogantes que difícilmente se abordan en dicha sociedad. Si bien, desde hace tiempo, existe un intenso debate en círculos asociativos, éste aún no ha sido asumido por la sociedad tetuaní en su conjunto. Los procesos de cambio ponen en contraposición la conservación de estos edificios frente a los nuevos usos que la ciudad genera. A ello se suma, además, la falta de conciencia e interés existente entre los habitantes y la falta de medios económicos en las diferentes administraciones.

 

A modo de conclusión, podemos decir que las ciudades marroquíes de corte francés y español han sido una magnífica oportunidad para los arquitectos y urbanistas presentes en suelo del norte de Marruecos para poner en práctica principios, procedimientos y técnicas prácticas experimentales (el urbanismo experimental) con base científica, moderna e innovadora. El objetivo último de esta nueva ciencia de la planificación urbana es “la belleza y el bienestar del mundo futuro”.

 

Este patrimonio compartido entre Marruecos y España no sólo es mal conocido de la zona jalifiana, sino que se está deteriorando o desapareciendo casos de Larache, Alhucemas y Nador: Los edificios se encuentran en un avanzado estado de deterioro que amenaza ruina. Los estudios sobre este patrimonio hispano-marroquí compartido son aún escasos hasta la fecha por la histografía marroquí, por eso se hace urgente sacar del olvido y desempolvar los archivos para atraer la curiosidad de las autoridades públicas y de centros de investigación sobre un campo de investigación que permanece casi virgen.

 

El gran reto de las próximas décadas para los fabricantes de la ciudad será introducir la urbanidad en un urbanismo sin arquitectura. Para ello, deben revisar su pasado, reinterpretar su tradición urbana encarnada en la medina y extraer lecciones del pasado para el futuro. Si el urbanista marroquí debe conocer las ideas y técnicas de su tiempo, también debe ser parte de la continuidad de una larga historia a la Fernand Braudel.

 

Debe analizar mejor las obras del pasado para transmitir a sus contemporáneos las huellas de la memoria colectiva. Este es un imperativo para arquitectos y urbanistas en el que nuestras escuelas de arquitectura y universidades deben insistir en su formación.

 

La ciudad tradicional no se construyó en un día. Se compone de sucesivos reajustes que hacen de ella un todo adecuado a la escala humana. Es hora de un cambio de modelo urbano y el mundo urbanístico marroquí debe cambiar su visión y enfoque para reparar este urbanismo sin reglas operado durante las últimas seis décadas.

 

La investigación sobre la arquitectura desplazada como disciplina plantea numerosos problemas metodológicos tales como la definición geográfica y temporal de dicha arquitectura, la desaparición de buena parte de testigos o técnicos tales ingenieros, arquitectos, maestros de obras, urbanistas que fueron los autores responsables de los ensanches de la zona, la dificultad de acceso a las fuentes y archivos y por último su grado de conocimiento variable según cada una de las experiencias europeas llevadas en Marruecos.

 

Las fuentes de documentación para estudiar la arquitectura desplazada, exportada o trasplantada en un territorio como el norte de Marruecos presentan dificultades de todo tipo: Trabas administrativas, dispersión de fondos, extravío de planos y documentación técnica incompleta. Los expedientes consultados se encuentran esquilmados y los que había han desaparecido un día de manera extraña sin dejar rastro. Otro problema metodológico no desdeñable es el ninguneo u omisión por parte de la histografía francófona marroquí de dicha arquitectura.

 

En un libro colectivo sobre el conocimiento de la arquitectura europea de los siglos XIX-XX en diferentes territorios mediterráneos, el arquitecto marroquí Mohamed Chaoui, encargado de redactar el capítulo sobre la arquitectura colonial en Marruecos, habla de la arquitectura francesa, ignorando por completo la presencia arquitectónica española y no cita en su trabajo ningún autor o arquitecto español y ninguno libro o artículo en castellano, siendo su escrito un trabajo dedicado exclusivamente a la arquitectura francesa en su zona de influencia en Marruecos, eliminando así de golpe y porrazo décadas de presencia y aventura arquitectónica en el Marruecos jalifiano.

 

*Director de la Escuela de Oficios y Construcción de la UPF. Fez.

 

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