Rue20 Español/ Mohammedia
Toufiq Slimani
Marruecos puja fuertemente para ser vanguardia en la construcción del nuevo orden regional y mundial. Acabados los dos mundos, el unipolar y bipolar, se oyen gritos de dolor, pero son dolores de parto del nuevo orden mundial que parece más multipolar que otra cosa. La nueva realidad geopolítica que se está constituyendo deja en evidencia a algunos países como es el caso de Francia.
La decadencia de Francia es una realidad real. Los mismos franceses son conscientes de todo esto. También Marruecos, África y el mundo son conscientes del desplome francés. En este contexto turbulento, Francia busca minimizar los riesgos. Pero no siempre con éxito. En vez de buscar establecer una relación de cooperación y confianza y equilibrio en el Magreb, Francia se dejó llevar por la tentación argelina, por el gas para ser más preciso.
Las relaciones franco-marroquíes están en el aire. Marruecos todavía no ha nombrado a su nuevo embajador en París. Tampoco hay señales de que este nombramiento pueda materializarse en los próximos días. Se decía que la embajada más importante de Marruecos es la de París. Y tenerla desde hace cuatro meses sin embajador es una señal clara de que ya no es la más importante ni la más estratégica ni la más sensible.
El boletín oficial del Reino de Marruecos anunció el pasado 2 de febrero que «de acuerdo con las instrucciones de su Majestad, ya se ha decidido terminar las funciones del señor Mohammed Benchaâboun como embajador de su Majestad en la República de Francia, a partir del 19 de enero de 2023».
Las últimas palabras son una materialización del comunicado del Gabinete Real del pasado octubre que afirmó que «al término de los trabajos del Consejo y de conformidad con las disposiciones del artículo 49 de la Constitución, y a propuesta del Jefe de Gobierno y por iniciativa de la Ministra de Economía y Finanzas, Su Majestad el Rey, que Dios le asista, ha tenido a bien nombrar a Mohamed Benchaaboun, Director General del Fondo Mohammed VI para la Inversión».
Aquel comunicado fue leído por el portavoz del Palacio Real, Abdelhak Lamrini, tras la reunión del Consejo de Ministros presidido por el Rey Mohammed VI.
Todo está claro. Pero la salida de Benchaaboun de París generó preguntas y lecturas: ¿quién sustituirá a Benchaaboun como embajador en París? ¿Qué tiene que ver la decisión con la inercia diplomática entre ambos países?
El cargo de Director General del Fondo Mohammed VI para la Inversión no es fácil y necesita mucho trabajo. Marruecos aboga muchísimo por las inversiones. El último discurso del Rey Mohammed VI ante el Parlamento lo confirmó. El gran trabajo que espera a Benchaaboun refleja su retirada de París.
Se entiende que Marruecos ahora da más prioridad a las inversiones que a las relaciones bilaterales con Francia en plena tensión diplomática franco-marroquí. Es una interpretación que tiene su lógica y su razón. Ésta es la interpretación más realista.
Pero hay otra de carácter geopolítico. No es ninguna novedad decir que Francia, en los últimos meses, no ha dejado de mandar señales poco amistosas hacia Marruecos.
Primero, es verdad que Francia se posiciona a favor de Marruecos en el conflicto del Sáhara y se posicionó a favor de Marruecos tras la crisis diplomática con España en 2021, pero sigue adoptando una posición ambigua, mientras que Marruecos llama a sus socios tradicionales y nuevos a salir de la ‘zona confort’, y a apoyar la marroquinidad del Sáhara.
Segundo, Francia ha restringido la entrega de los visados a los responsables y ciudadanos marroquíes. Los franceses han reducido el número de visados a los marroquíes. Se dice sin estadísticas ni cifras que el número de visados entregados a los marroquíes empieza a volver a la normalidad. Todavía no se puede saber hasta qué punto es seria la señal francesa.
Sin embargo, el Gobierno francés trata de presionar a Marruecos para que acepte las condiciones de la expulsión de las «personas non gratas» en Francia. Así, Francia está perdiendo a Marruecos ante el ascendente interés de España, EE.UU, Alemania, China, Rusia, entre otros, por Marruecos. Ahora Francia no es el primer socio comercial de Marruecos sino España. Se dice que el problema de los visados está solucionado, pero nada está escrito.
Tercero, el contexto geopolítico mundial, sobre todo, la Guerra en Ucrania y su influencia en la crisis energética, ha empujado a Francia al acercamiento con Argelia. El invierno huele a sufrimiento en Francia. No hay gas en Francia. Por eso, Emmanuel Macron, ha pactado una luna de miel con el régimen argelino. Ahora ya ha terminado esta luna de miel con la nueva crisis francesa Argelina desatada por el caso de la periodista franco-argelina Amira Bouraoui quien consiguió huir de Argelia a Francia vía Túnez.
Argelia llamó a consultas a su embajador en París y condenó el acto de las autoridades francesas. Francia alega que su iniciativa era necesaria para salvar a una ciudadana de nacionalidad francesa de la represión argelina. Cada uno ofrece sus argumentos, pero está claro que la boda de interés ya se acabó. Tarde o temprano, Francia volverá al sendero correcto. Todo depende de la evolución de la crisis energética.
El régimen argelino siguiendo su estrategia no va a parar y pegará a Francia donde más duele. Marruecos lo entiende. Cada año el grifo de suministro de gas para la calefacción en viviendas colectivas en París arranca a partir del 7 de octubre, pero el año pasado el grifo tardó en abrirse.
«Los viajes de Macron y los responsables franceses a Argelia se deben a la necesidad urgente del gas argelino como alternativa ante las amenazas de Rusia», me explicaron fuentes francesas hace semanas.
Marruecos es un socio clave para Francia. Por lo tanto, la alianza franco-argelina es provisional. Calmada la crisis energética, las aguas volverán a su cauce. Francia volverá a entablar una asociación estratégica con Marruecos en un nuevo orden mundial a base de una nueva norma: ganador-ganador.
El acercamiento de EEUU, Alemania y España a Marruecos genera un desequilibrio adelantado en el Magreb. EEUU, España y Alemania ganan más peso específico en Marruecos. Para Francia eso es un riesgo.
Todo esto contribuye a entender el porqué la «mano francesa» estuvo en la preparación de la última resolución del Parlamento Europeo sobre la libertad de prensa y de expresión en Marruecos. No se puede afirmar que el Parlamento Europeo cae en manos de Francia, ya que París está hoy en día más frágil que nunca. Pero los intereses de varios círculos europeos coincidieron con la ‘pizarra táctica’ de Emmanuel Macron.
La Resolución del Parlamento Europeo es rara y politizada por el contexto y el tiempo de su adopción. Marruecos no es un paraíso de la libertad de prensa y expresión, tiene sus defectos como los tiene Francia e Italia, pero tampoco es un infierno. Siempre hay que aspirar a mejorar y acelerar nuestro proceso de democratización, pero no es ningún secreto que la situación de las libertades de expresión en Marruecos es mucho mejor que en Argelia y los demás vecinos.
El nuevo orden regional deja ahora a Francia lejos del eje americano-alemán-hispano-marroquí. En cambio, Francia se acerca al eje ruso-italiano-argelino.
Así no podemos decir que la salida de Benchaaboun es un punto de inflexión decisivo en las relaciones franco-marroquíes, ni mucho menos que se debe a esta inercia. Sin embargo, la salida de Benchaaboun sí pone a prueba las relaciones franco-marroquíes.
El nuevo orden regional que está por nacer daba señales de que se podrían formular dos ejes: el primero más occidental y atlántico: España-Marruecos- EEUU; el segundo más oriental y mediterráneo, Francia-Italia- Argelia. El primero da señal de solidez y confianza, mientras que el segundo ya se resquebraja.
Francia fue a Argelia por lana (gas) y volvió trasquilada.
