Rue20 Español/ Fez
Ikram Oualla
El racismo es un problema persistente que afecta a diversas comunidades en todo el mundo, y la comunidad marroquí en España no es una excepción. A pesar de los esfuerzos por promover la diversidad y la inclusión, el racismo persiste en muchas formas, y una de las comunidades que enfrenta esta discriminación es la marroquí. Estigmatizar a los marroquíes con estereotipos infundados es un acto injusto y perjudicial que refleja una falta de comprensión y empatía.
Uno de los estereotipos más dañinos es la idea de que los marroquíes son analfabetos, pobres, delincuentes, retrasados, etc. Este tipo de generalización carece de fundamento y está basado en prejuicios injustos. La comunidad marroquí en España es diversa en términos de educación, profesión y situación económica, al igual que cualquier otra comunidad. Es inapropiado asumir que todos los individuos de origen marroquí se ajustan a una imagen estereotipada y negativa.
Es esencial comprender que los estereotipos racistas perjudican no solo a las personas que son objeto de ellos, sino también a la sociedad en su conjunto. Estos estereotipos pueden llevar a la discriminación en el ámbito laboral, educativo y social, limitando las oportunidades y perpetuando desigualdades. Además, refuerzan la división y la intolerancia en la sociedad en lugar de fomentar la convivencia y la comprensión mutua.
Se puede palpar el problema de la discriminación entre los estudiantes de origen inmigrante en las aulas de la Región de Murcia, en España. En este contexto, se resalta la existencia de situaciones discriminatorias basadas en apellidos y antecedentes étnicos, así como las dificultades de adaptación que los estudiantes extranjeros enfrentan al interactuar con el sistema educativo.
Se puede poner como ejemplo, para ilustrar lo presentado con anterioridad, a Basma Belrhalia Laouar, una joven de ascendencia marroquí que ha logrado convertirse en la primera de su familia en emprender estudios universitarios. Su experiencia vital se plasmó en un video compartido en la plataforma TikTok, en el que expone la adversidad que tuvo que enfrentar a manos de una docente de lengua castellana y literatura durante su segundo año de Bachillerato. Esta profesora, de manera cuestionable, le asignaba calificaciones desfavorables en la materia, pretextando supuestos problemas de expresión vinculados a su origen marroquí. Basma, en su inquebrantable determinación, sorteó los obstáculos que se le presentaron y, pese a las vicisitudes, logró obtener un resultado meritorio en la evaluación de lengua, allanándole el camino para ingresar finalmente a la Universidad, donde decidió embarcarse en la carrera de Periodismo.
Hoy Basma anuncia con gran satisfacción la publicación de su libro titulado El poder de una sonrisa. Esta obra, cuyo prólogo lleva la firma de Paulino Ros, figura como el resultado de un proceso creativo iniciado por Basma en el año 2022. En dicho período, la autora halló en la escritura una espacio de escape terapéutica, permitiéndole verter en sus páginas una amalgama de emociones, tanto adversas como benévolas, que la han acompañado a lo largo de su trayectoria vital. Enfrentando desde temprana edad experiencias de racismo y críticas debidas a su origen marroquí, Basma se embarcó en la ardua labor de superar tales obstáculos con tenacidad y resiliencia.
El poder de una sonrisa no solamente representa un hito significativo en la joven carrera de Basma Belrhalia Laouar, sino también un testimonio conmovedor y edificante de perseverancia, superación personal y la capacidad innata de transformar las adversidades en fuentes de inspiración y crecimiento.
En suma, la lucha contra el racismo y los estereotipos perjudiciales requiere educación, empatía y un esfuerzo consciente por parte de todos los miembros de la sociedad. Es fundamental reconocer la individualidad de cada persona y evitar juzgarlas en función de su origen étnico o cultural. La diversidad enriquece a una sociedad y nos brinda la oportunidad de aprender y crecer a través de la interacción con personas de diferentes orígenes.
Las instituciones gubernamentales, organizaciones no gubernamentales y la sociedad en su conjunto tienen la responsabilidad de abordar el racismo de manera efectiva. Esto implica promover la educación sobre la diversidad, implementar políticas de igualdad y promover la inclusión en todas las áreas de la vida pública. Solo a través de un esfuerzo colectivo y constante podremos erradicar los estereotipos perjudiciales y trabajar hacia una sociedad más justa y equitativa, donde todas las personas sean tratadas con respeto y dignidad, independientemente de su origen étnico.
