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lunes, mayo 6, 2024

Autores de «Hijos de Al-Ándalus»: El patrimonio andalusí vivo de Marruecos es fuente de inspiración

 

Rue20 Español/ Mequínez 

 

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El Reino de Marruecos nunca ha dejado de valorar y dar importancia a la cultura andalusí que forma parte ya del patrimonio nacional marroquí. Marruecos es un ejemplo a seguir y una fuente de inspiración en este sentido.

 

En una entrevista concedida a Diario de Sevilla, publicada este martes 11 de abril de 2023, los escritores del Children of Al-Andalus (Hijos de Al-Ándalus), Hicham Ghalbane y Rick Leeuwestein, han subrayado que «fue fascinante descubrir que un gran número de musulmanes andalusíes y judíos sefardíes construyeron una nueva vida en el Magreb, especialmente en los actuales Marruecos, Argelia y Túnez». 

 

«Aportaron nuevas influencias a Marruecos y enriquecieron las tradiciones ya existentes. Los refugiados andalusíes de la Península Ibérica experimentaron sentimientos similares en el exilio y, todos ellos, siguen recordando su patria, sus antepasados y su pasado», añaden los dos investigadores.

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Han señalado también que «después de tantos siglos en Marruecos seguían vivos los recuerdos, la historia familiar y el trauma de la expulsión de los antepasados andalusíes. Se han escrito historias de tíos, abuelos y tías llorando hasta en el siglo XX (¡!) cuando contaban historias de la expulsión de la Península Ibérica».

 

Sobre el secreto de la comunidad andalusí para haber conseguido mantenerse en el tiempo, Ghalbane y Leeuwestein han explicado que «los andalusíes se integraron en la sociedad marroquí pero manteniendo sus tradiciones, cultura e identidad, a menudo, contrayendo matrimonio dentro de sus propias comunidades andalusíes. Durante la investigación se descubrieron árboles genealógicos intactos desde 1492 o 1610, de unas 15 a 20 generaciones. Todos eran matrimonios contraídos en Marruecos entre familias andalusíes o incluso dentro de la misma familia. Su herencia se transmitía de generación en generación».

 

Asimismo, ambos investigadores han destacado que «a través del Estrecho de Gibraltar, Marruecos y la Península Ibérica han estado tradicional e indisolublemente unidos. Hoy, Marruecos es uno de los pocos países que mantiene vivas las tradiciones de Al-Andalus y su historia ocupa un lugar especial en el patrimonio histórico, cultural y espiritual del país». 

 

«Marruecos es un país único por su diversidad geográfica, histórica y cultural. La sociedad marroquí ha sido moldeada por una antigua coexistencia de imazighen, árabes, judíos y andalusíes, y sus gentes abrazan con orgullo esta diversidad. La rica influencia andalusí está reconocida oficialmente en la Constitución marroquí de 2011 como parte de la identidad y unidad nacional del país», añaden.   

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Por otro lado, han indicado que «aunque musulmanes y judíos parezcan a veces hostiles entre sí, existe una larga tradición de coexistencia armoniosa a ambos lados del Mediterráneo». 

 

«Con Hijos de Al-Andalus -prosiguen- queremos visualizarla para convertirla en un ejemplo inspirador de la cultura y la identidad marroquí-andalusíes de ahora. Hijos de Al-Andalus encarna una parte importante de la historia marroquí y europea. El periodo histórico de Al-Andalus, con su florecimiento intelectual, cultural y artístico sin precedentes, constituye uno de los cimientos de nuestra civilización actual». 

 

«Se considera una civilización mundial de extraordinaria y perdurable belleza. El patrimonio cultural andalusí vivo de Marruecos es fuente de inspiración para muchos. Es un ejemplo de la inmensa diversidad cultural del mundo», agregan.

 

En el mismo contexto, recuerdan también que «el Corán nazarí es único y procede de la Granada del siglo XIV. Una familia debió de llevarlo al Magreb en el siglo XV. Allí, este Corán se conservó durante siglos en Tetuán y hoy forma parte de la importante colección de la Biblioteca Daoud. La llave de una casa abandonada de Granada es un tesoro familiar y la conserva la familia El Akel de Chefchaouen. Fue llevada allí en 1490, dos años antes de la rendición de la ciudad de Granada, por Ibrahim Ben Ali, antepasado de Abdelghaffer El Akel».

 

«Las amistades forjadas con las familias, que han permanecido hasta la actualidad. Me duele que estemos hablando de una última generación de andalusíes en Marruecos que nacieron en otra época, casi todos antes o en los años cincuenta. Pero Hijos de Al-Andalus –el libro y la película– se ha convertido en un legado para las generaciones venideras. El rostro y la voz de Al-Andalus y Sefarad. Las familias marroquí-andalusíes han querido compartir con nosotros sus historias que nos hicieron viajar a una historia olvidada. Ahora viva, a través de sus relatos», concluyen.

 

Cabe señalar que Hijos de Al-Andalus, publicado en 2012, es un libro fruto de una investigación en Marruecos donde los investigadores Hicham Ghalbane y Rick Leeuwestein fueron en busca de descendientes de judíos y musulmanes del reino medieval de Al-Ándalus, es decir, de aquellos judíos que los Reyes Católicos echaron de la península por el Edicto de Expulsión y de los últimos musulmanes (moriscos) que expulsaron entre 1609 y 1614. 

 

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