Rue20 en español / Mequínez
Mohamed Charbi
Desde hace semanas, Marruecos y España están trabajando contra reloj para organizar reuniones bilaterales con el fin de tratar, cara a cara, los grandes temas que tienen que ser abordados cuanto antes.
Muchos son los temas que podrían ser debatidos durante las próximas reuniones, como por ejemplo, la inmigración irregular, el Sáhara marroquí, el Gasoducto Magreb-Europa (GME), etc.
Las relaciones hispano-marroquíes necesitan hoy más que este tipo de reuniones para poner el dedo sobre la llaga, o sea, hay que poner sobre la mesa del debate todos los expedientes que ponen palos en las ruedas de las relaciones entre ambos países.
La última crisis diplomática obliga hoy a los dos Estados a atreverse a «llamar al pan, pan y al vino, vino», con total claridad y franqueza. Aquí nadie podrá recurrir a la táctica del avestruz, escondiendo la cabeza en la arena.
Los próximos encontronazos serán muy decisivos, ya que se consideran como la hoja de ruta de las relaciones entre Rabat y Madrid.
Durante estas futuras reuniones, se determinará qué tipo de relaciones quiere tener España con Marruecos.
En esta misma línea, cabe resaltar que desde la salida forzada de la ex ministra de Exteriores, Arancha González Laya, del Gobierno español, Madrid ha empezado a dar señales muy positivas que indican con claridad que España no quiere ni puede prescindir de Marruecos, debido a la importancia de la cooperación hispano-marroquí en todos los ámbitos y campos.
Por su parte, el Reino de Marruecos está dispuesto a inaugurar una nueva etapa en las relaciones hispano-marroquíes, pero «sobre la base de la confianza, la transparencia, el respeto mutuo y la honra de los compromisos».
Son condiciones lógicas, pertinentes y obligatorias que deben gobernar cualquier relación bilateral entre dos países, sobre todo si éstos son vecinos y amigos.
Cuando Marruecos recuerda estas condiciones no está exagerando o pidiendo la luna o algo imposible.
Además, esto demuestra que el Reino de Marruecos quiere unas relaciones muy sólidas que resisten ante cualquier malentendido.
Es de señalar que la crisis diplomática ha sido una ocasión para revisar los fundamentos y los determinantes que gobiernan las relaciones entre los dos países vecinos.
Seguramente, basándose en las declaraciones de ambas partes, las relaciones entre Rabat y Madrid van a cambiar muchísimo en varios aspectos. Se notará un cambio drástico que no tiene nada que ver con las relaciones bilaterales que había antes de la crisis diplomática.
En resumen, no hay nada mejor que la claridad y transparencia en las relaciones bilaterales para que los lazos de amistad y cooperación nunca se rompan, como dice el refrán español «Cuentas claras, amistades largas».
