Rue20 Español/ FEZ
Ismail El Khouaja
Después de más de 40 años abriendo grifos de petróleo y gas para financiar al frente separatista Polisario, así como a los medios de comunicación nacionales e internacionales para tergiversar la imagen de Marruecos –y todo en vano-, el régimen militar argelino ha acudido ayer a las mezquitas para seguir en su psicópata hostilidad contra el Reino.
El ministro de Asuntos Religiosos y Dotaciones, Youssef Belmahdi, hizo, ayer lunes, un llamamiento a los imanes delegados de la Gran Mezquita de París para ser «plataformas benévolas al servicio de Argelia» contra la feroz campaña que vive el país, según la versión argelina.
«Nosotros podemos ser buenas plataformas para Argelia mediante despertar el espíritu nacional y de moderación, así como fomentar el lado moral en la vida pública”, dijo Belmahdi a los imanes delegados.
El ministro invitó a los imanes delegados a desempeñar su «gran papel» para “concienciar” a la opinión pública:
“No tememos a los enemigos, pero nos entristece que nuestros hijos interactúen con los que quieren el mal en nuestro país (…) Vosotros sois personas competentes y nosotros seguiremos vuestros esfuerzos, y los hijos de Argelia están acostumbrados a aceptar el desafío «.
Belmahdi considera la Mezquita de Paris como «una institución islámica líder en el mundo occidental, que presenta un gran mensaje moderado».
La pregunta que se resalta a luz es ¿qué tiene de “mensaje moderado” con la petición que el ministro está pidiendo a los imanes en cuanto a atacar a aquellos que quieren el mal para Argelia?
Sin lugar a dudas, el ministro se está refiriendo a Marruecos. Un país al que lleva siglos soportando en silencio los males y la hostilidad del régimen que quiere dividir en dos a Marruecos para tener una salida al Atlántico.
Marruecos ha tendido la mano y ha demostrado su disposición a ayudar para aliviar los efectos de cualquier crisis que se desata en Argelia, la ultima de las cuales fue brindar dos Canaders para ayudar en apagar los incendios en la región de Cabilia, que el régimen rechazó.
Un país al que llama al diálogo y sentarse “sin condiciones” para resolver todos los problemas bilaterales como siempre pide el Rey Mohammed VI en sus discursos reales.
Un país al que a pesar de la “incomprensible” decisión del régimen en cuanto a romper unilateralmente las relaciones diplomáticas con Marruecos, sigue tendiendo la mano comprometiéndose a la ayuda del pueblo argelino, etc.
En resumen, convertir a las mezquitas en tambores para manipular a la opinión publica es un acto cobarde y vil por el régimen no solo contra Marruecos sino contra la religión musulmana en general.
