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El plan de autonomía propuesto por el Reino para resolver definitivamente el conflicto en torno al Sáhara marroquí está conquistando mentes y convicciones, subraya el politólogo Mustapha Tossa.
«El Consejo de Seguridad está debatiendo la cuestión del Sáhara en un contexto en el que la situación mundial sobre el Sáhara ha cambiado. El reconocimiento estadounidense, el giro español y alemán, la casi unanimidad árabe, las actuaciones africanas, todos los factores que hacen que la misión del enviado especial de la ONU, Staffan de Mistura, sea permeable a muchos cambios y otras aceleraciones», subraya Tossa, en un análisis titulado «Polisario, en el ocaso del separatismo», publicado el lunes en el sitio «Atlasinfo».
«Octubre es el mes en el que las Naciones Unidas deciden el destino de su presencia en el Sáhara marroquí al amparo de la Minurso. Durante los últimos años, el statu quo era el camino preferido. La vida de esta fuerza de la ONU se prolongó. Hoy en día, las relaciones de poder regionales y la percepción internacional de esta discordia saharaui han cambiado», señala.
Según el politólogo, «la crisis y las tensiones son las provocadas por el frente polisario bajo el patrocinio militar argelino», añadiendo que «se acerca el fin de una era con sus incertidumbres diplomáticas y sus incógnitas regionales».
En su opinión, «está claro que hoy en día muchos observadores esperan ver los efectos de estos acontecimientos en la percepción de este conflicto regional».
«Y sabiendo que en la literatura jurídica internacional ya no se habla de referéndum ni de independencia del Sáhara como pregona la única propaganda argelina, la posibilidad de que esta reunión de la ONU sobre el Sáhara pueda sonar el final de la aventura separatista es muy probable», indica el politólogo, que señala «tres grandes incógnitas» que permanecen y despiertan curiosidad e interrogantes.
La primera es el posicionamiento de la diplomacia francesa en el Consejo de Seguridad, señala. “La primera prueba de este posicionamiento (de Francia) serán las palabras, los discursos y las posturas del representante francés en el Consejo de Seguridad. ¿Dará el paso de considerar como opción sólo la solución de la autonomía, que equivale a reconocer la soberanía marroquí sobre el Sáhara?”, se pregunta el politólogo.
La segunda incógnita en esta ecuación regional es el posicionamiento de Argelia, indica Tossa, que se pregunta si el patrocinador del polisario, que defiende ser parte interesada en este conflicto, ¿aceptará finalmente participar en los principios de las mesas redondas iniciadas por el proceso de la ONU?
La tercera incógnita reside en el grado de implicación del régimen iraní en el apoyo al polisario, explica Tossa, añadiendo que hay que decir que las angustias regionales en torno a este conflicto están aumentando, sobre todo desde que se ha demostrado que el régimen iraní, cuyos vínculos políticos con el régimen argelino no son un secreto para nadie, quiere utilizar el polisario como un instrumento de guerra y de influencia, como hace con el Hezbollah libanés, Los Houthis en Yemen o las brigadas populares en Irak.
«La implicación del régimen iraní en esta crisis regional en torno al Sáhara debe ser un factor adicional para que la comunidad internacional cierre cuanto antes y contenga urgentemente esta discordia entre Marruecos y Argelia», concluye el politólogo.
