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jueves, noviembre 21, 2024

Jóvenes de Salamanca viven una experiencia inédita en Marruecos

 

Rue20 Español/ Sidi Ifni

 

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Un grupo de jóvenes de la Casa Escuela Santiago Uno de Salamanca (España) ha vivido una experiencia especial de voluntariado en la provincia marroquí de Sidi Ifni.

 

El viaje ha sido muy largo. Primero, hasta Cáceres, Sevilla y Cádiz. Después, cruzar el Estrecho hasta Tánger y pasar por Rabat, Casablanca y Marrakech.

 

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Luego arribar hasta Agadir y, de ahí, remontar la costa hacia el sur hasta perderse, por fin, en el vasto interior de la provincia de Sidi Ifni. Cuatro días de travesía, codo con codo, que dan para mucho.

 

Según el educador Jorge Hernández, esta experiencia consiste en que «chicos con la etiqueta de fracaso escolar» viajen para realizar proyectos de cooperación en poblados rurales ubicados en la región de Souss-Massa-Draa, donde «cambian totalmente el perfil» y se convierten en cooperantes, «verdaderos héroes», que pasan dos meses ‘currando’ con «calores extremos», informó Tribuna Salamanca

 

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«Eso atrae a toda la comunidad y hace que se impliquen asociaciones y familias que nos confían a sus hijos para que estén cada día con nosotros», ha apuntado el educador Jorge Hernández. 

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Este año la comunidad local ha recopilado dinero por los más de 150 pueblos que forman parte del convenio para poder entregar hasta 100.000 dirham, unos 10.000 euros, a fin de financiar por sí mismos aproximadamente el 50 por ciento de la inversión total de una pista polideportiva, además de un parque infantil.

 

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«Al final es una cancha y un parque infantil con un tobogán y un columpio, algo que aquí no tiene casi valor, pero que allí es un auténtico revulsivo para la gente», ha explicado Hernández. 

 

«Son gente muy sana. Cuesta entenderlo desde aquí. Una de las chicas, por ejemplo, decía que se sentía más libre en Marruecos que aquí. Allí acogen a nuestros chicos sin preguntar nada. Son familias muy pobres, pero continuamente nos invitan, comparten todo. Y los chicos están encantados de ir a sus casas porque algo se remueve por dentro», valora Jorge Hernández, quien tilda de «increíble» la relación que se puede llegar a establecer entre gente que se comunica en distintos idiomas.

 

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