Rue20 en español/ Rabat
Jamal Bourfissi
España recibió un nuevo golpe. Esta vez no de Marruecos, sino de su vecina del norte Francia, donde se dieron instrucciones para evitar que los franceses viajen a España y especialmente a la región de Cataluña, debido a la propagación de la pandemia del Covid-19.
El Gobierno francés llamó ayer jueves a sus ciudadanos para evitar España y Portugal como destino turístico ante el avance de la variante delta del coronavirus.
El secretario de Estado de Asuntos Europeos, Clément Beaune, aconsejó a los franceses, en una entrevista televisiva, a quedarse este verano en Francia o visitar otros países, y dio a entender que España había sido laxa en los controles a la entrada de turistas.
Esta decisión supuso un golpe duro para las autoridades españolas, que apostaban por los turistas extranjeros y, en particular, por los franceses, para reactivar el sector más importante de España, que es el turismo.
España espera que Francia cambie de posición y permita la entrada de los franceses durante la reunión prevista hoy Viernes en Madrid, que reunirá al ministro de Asuntos exteriores francés Jean-Yves Le Drian con su homóloga española Arancha González Laya.
En al menos cuatro comunidades españolas, la variante delta es ya mayoritaria. Y los expertos aseguran que la transmisión real es mayor y su expansión es explosiva, según medios españoles, que se basaron en informes de las autoridades sanitarias del país .
La variante delta avanza de manera alarmante, en Madrid, Cataluña, la Comunidad Valenciana y Navarra.
Parece que España ya ha perdido la batalla por reactivar el sector turístico, después de que Marruecos decidiera excluir sus puertos de la Operación Marhaba (OPE), y cerrar sus fronteras con las ciudades ocupadas de Ceuta y Melilla. Estas dos ciudades viven una asfixia económica sin precedentes.
La crisis diplomática con Marruecos, provocada por España, privó a la hacienda española de importantes ingresos debido a la renuncia de los turistas marroquíes a visitar España este verano.
El número de turistas marroquíes que pasan sus vacaciones de verano se estima en alrededor de un millón.
Ante esta preocupante situación sanitaria, parece que la decisión tomada por las autoridades marroquíes de impedir el paso de miembros de la comunidad marroquí en el extranjero por suelo español mientras regresaban a pasar sus vacaciones de verano en Marruecos, fue una sabia decisión.
La decisión de excluir los puertos españoles, podría ser interpretada como respuesta a la recepción secreta y bajo una identidad falsa por parte de España del supuesto líder del frente separatista el Polisario, Brahim Gali.
La situación sanitaria no será el único tema que debatirán los ministros de Asuntos exteriores francés y español. Hay otros temas importantes como la situación en el Sahel y la crisis marroquí-española.
Es seguro que Laya y su homólogo francés plantearán este espinoso tema que preocupa a las autoridades españolas, dado que Marruecos es un socio estratégico para la Unión Europea.
Parece que España subestimó la importancia de recibir a Brahim Gali en su suelo y sus consecuencias políticas. A pesar de los intentos de las autoridades españolas para suavizar la posición de Marruecos, éste se mantuvo aferrado a su posición, negándose a hacer concesiones al respecto a menos que España aclarara su posición sobre la cuestión de la integridad territorial del Reino, que es una cuestión sagrada para Marruecos y para el pueblo marroquí.
Sin duda, la ministra española intentará convencer a su homólogo francés de la necesidad de que Francia intensifique sus esfuerzos para encontrar una salida a la crisis diplomática que España provocó con Marruecos.