Rue20 Español/ Casablanca
Toufiq Slimani
América Latina de hoy no es la de ayer. Tampoco lo es Marruecos. Muchas cosas han cambiado en ambos lados, aunque cada lado tiene sus particularidades, sus culturas y su manera de pensar.
Marruecos se acercó mucho en las dos últimas décadas al Nuevo Mundo en busca de unas nuevas alianzas. Las rivalidades ya no sirven para nada. En un nuevo orden mundial ambas partes se necesitan.
La mayoría de los países latinoamericanos han descubierto las falsas justificaciones del Polisario y Argelia en cuanto a la cuestión del Sáhara. Los nuevos mandatarios latinoamericanos intentan buscar lo mejor para sus pueblos. Saben que es mejor cooperar con Estados que con grupos separatista.
Marruecos ganó la batalla diplomática en América Latina a expensas de la retirada del Polisario, pero hay que tener siempre cuidado con los repetidos vaivenes en este continente.
La diplomacia marroquí anda con buen pie en el Nuevo Mundo desde 2004. Pero los frutos se han empezado a cosechar a partir de 2017. Ese año ha sido un antes y un después en la historia de la diplomacia marroquí. Una vuelta éxitosa a África, América Latina y Asia. Una hoja de ruta basada en la diversificación de los socios.
Ahora Marruecos tiene una ‘misión especial’: convertir las relaciones diplomáticas con la mayoría de los países latinoamericanos en una ‘relación de Estado’ para evitar los vaivenes electorales.
Hoy por hoy, la gran pregunta es cómo puede Marruecos hacer de sus relaciones con los países de este continente una «relación de estado» que no cambia con el cambio de los gobiernos y regímenes.
Parte la respuesta la tenemos en el análisis del investigador marroquí especializado en los asuntos latinoamericanos, Mohcine Mounjid.
«La estabilidad de las relaciones de Marruecos con los países de la región está ligada, en algunos casos, a la política interna de estos países, ya que la referencia ideológica del partido gobernante es la que determina el rumbo de las relaciones con Marruecos», asegura Mounjid en una entrevista concedida a Rue20 Español y que será publicado más tarde .
Agrega que «debido a que varios países de la región aún no han podido trazar un rumbo estable para sus relaciones con los países del mundo, su política exterior sigue dependiendo de la orientación política del partido ganador en las elecciones presidenciales».
Marruecos tiene el desafío de convencer a los pocos países latinos muy aferrados al Polisario. «Países como Cuba, Nicaragua, Venezuela y Bolivia siguen apoyando la tesis de los separatistas debido a la continuación del partido gobernante en el poder y no porque sea una política del Estado».
En cambio «hay países como Brasil, Argentina y Chile que son más estables en sus posiciones políticas y más dispuestos a consolidar sus relaciones con Marruecos a pesar de la «ida y vuelta» de diferentes ideologías políticas en el gobierno de estos países», comenta el investigador marroquí.
«Gracias a su presencia diplomática en la región, Marruecos ha logrado en gran medida consolidar su imagen como un país estable y digno y con el que se pueden construir relaciones fructíferas mediante la apertura de canales de comunicación y cooperación», concluye Mounjid.