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El Abbas Tahri Joutey Hassani
¿Casualidad del calendario o de la historia? El 6 de noviembre de 2024, día en que Marruecos celebra su soberanía sobre el Sáhara con la conmemoración de la Marcha Verde, Donald Trump fue elegido para un nuevo mandato presidencial en Estados Unidos.
Este día altamente simbólico refuerza el vínculo histórico entre Estados Unidos y Marruecos; un vínculo particularmente fortalecido por el reconocimiento, bajo la administración Trump en 2020, de la soberanía de Marruecos sobre su Sáhara.
En efecto, cada año, Marruecos celebra la Marcha Verde del 6 de noviembre de 1975, una demostración pacífica de la voluntad de los marroquíes de reintegrar el Sáhara a su Reino.
En 2020, el anuncio de Donald Trump reconociendo la marroquinidad del Sáhara marcó un hito diplomático de gran envergadura, un momento memorable que resuena con esta marcha histórica.
Al declarar entonces que «Marruecos reconoció a Estados Unidos en 1777», Donald Trump honró la profundidad de las relaciones entre ambos países, afirmando: «Por lo tanto, es apropiado reconocer su soberanía sobre el Sáhara».
Esta declaración fue recibida con entusiasmo en Marruecos, reforzando una asociación estratégica que se tradujo en el anuncio de apertura de un consulado estadounidense en Dajla, un fuerte símbolo de apoyo a las aspiraciones marroquíes.
Mientras Donald Trump celebra hoy una victoria aplastante sobre Kamala Harris, parece evidente que su regreso a la Casa Blanca representa una continuidad positiva para las relaciones entre Estados Unidos y Marruecos.
El apoyo de Trump a la propuesta marroquí de autonomía para el Sáhara, calificada de «seria, creíble y realista», sigue siendo un punto central de su legado en la región.
Con un nuevo mandato, es probable que Trump siga defendiendo esta solución como la vía más justa hacia una paz duradera en el Magreb.
La reelección de Donald Trump en el día de la Marcha Verde envía un mensaje poderoso a los ciudadanos marroquíes y a las naciones amigas.
La celebración de la soberanía del Reino sobre su Sáhara, reconocida por Estados Unidos, refuerza un sentimiento de dignidad nacional y reconocimiento internacional.
La historia recordará esta coincidencia como un símbolo de la solidaridad marroquí-estadounidense y del compromiso de Trump con un mundo en el que la soberanía de las naciones y las alianzas estratégicas contribuyen a una prosperidad compartida.