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El Abbas Tahri Joutey Hassani
El presidente argelino, Abdelmajid Tebboune, inauguró su segundo mandato como jefe de Estado con una nueva medida dirigida a Marruecos.
Argelia anunció hoy, jueves, la imposición de visados a los ciudadanos marroquíes que deseen entrar en su territorio, al tiempo que fuentes gubernamentales marroquíes vincularon esta medida a «los logros que está consiguiendo el Reino en el expediente del Sáhara».
El Ministerio de Asuntos Exteriores argelino declaró que el gobierno ha decidido «restablecer la aplicación inmediata del procedimiento de obtención de visado de entrada en territorio nacional a todos los ciudadanos extranjeros titulares de pasaportes marroquíes»; y añadió que el visado de entrada en su territorio es «obligatorio para todos los ciudadanos extranjeros titulares de pasaportes».
Al igual que justificó, desde 2021, las decisiones de ruptura sucesivas con Marruecos, que incluyen la ruptura de relaciones diplomáticas con Rabat, el cierre del espacio aéreo argelino a los aviones procedentes de Marruecos y la prohibición de la importación de mercancías desde los puertos marroquíes, las autoridades argelinas alegaron que la decisión de imponer visados se debe a supuestas «acciones de Marruecos que atentan contra la estabilidad y la seguridad nacional de Argelia».
Según confirmaron fuentes gubernamentales a medios marroquíes, esta decisión es, para el Reino, «esperada y no sorprendente»; destacando que las justificaciones aducidas por las autoridades argelinas son «repetitivas y alejadas de la realidad»; por lo que añadieron que la medida tiene motivaciones políticas relacionadas principalmente con la trayectoria que ha tomado el expediente del Sáhara en los últimos años, en el que la propuesta marroquí de autonomía está recibiendo «una acogida cada vez mayor a nivel internacional».
Las mismas fuentes marroquíes calificaron la medida como «una especie de danza del pollo degollado», destacando que Argelia ha dado «un nuevo paso desesperado para llamar la atención tras la serie de apoyos de los países de la Unión Europea a la propuesta de autonomía en el Sáhara bajo soberanía marroquí»; recordando la postura de Francia a finales del pasado mes de julio y, hoy, la de Dinamarca.
El anuncio argelino se produjo horas después de que Dinamarca, a través de su ministro de Asuntos Exteriores, Lars Løkke Rasmussen, declarara que «el plan de autonomía presentado por Marruecos en 2007 es una contribución seria y creíble al proceso de la ONU en curso y una buena base para una solución consensuada por todas las partes» para resolver el conflicto del Sáhara, según un comunicado conjunto adoptado tras las conversaciones mantenidas en Nueva York por el ministro de Asuntos Exteriores, Cooperación Africana y Marroquíes Residentes en el Extranjero, Nasser Bourita, con su homólogo danés, al margen del 79º período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Por otra parte, en cuanto a la gestión marroquí de esta evolución, una fuente oficial declaró a medios marroquíes que Rabat «responderá en el momento que considere oportuno»; subrayando que «la diplomacia marroquí actúa con cautela y serenidad, lejos de las reacciones impulsivas, y sin dejar que los movimientos de otras partes influyan en sus decisiones y su visión serena de las cosas».
La misma fuente destacó que se trata de «una nueva maniobra movida por la desesperación», en sus palabras; destacando que este tipo de comportamientos «se han convertido en la naturaleza del país vecino», pero que «no tienen ningún impacto en el curso del expediente del Sáhara, del que la comunidad internacional está convencida de que la única solución realista y aplicable es la autonomía bajo soberanía marroquí», según sus palabras.
