Rue20 Español/ Fez
Walid El Moumen
Los indicios de una posible reconciliación diplomática entre Marruecos y Túnez han aparecido. Después de dos años de relaciones diplomáticas casi paralizadas, el Ministerio tunecino de Asuntos Exteriores anunció que Mohamed Ali Nafti había recibido, dos días después de su nombramiento, una llamada el 27 de agosto de su homólogo marroquí, Nasser Bourita.
A pesar de la tensión que perturbó las relaciones diplomáticas entre los dos países magrebíes, el ministro marroquí felicitó a Ali Nafti “por la gran confianza depositada en él por el presidente” Kais Saied, quien fue el principal responsable del empeoramiento de las relaciones tunecino-marroquíes al recibir al líder del Frente Polisario, Ibrahim Ghali, en la conferencia TICAD, celebrada en la capital, Túnez, en agosto de 2022.
Según el comunicado ministerial, la llamada telefónica entre ambos ministros magrebíes ha sido una iniciativa oportuna para confirmar «la profundidad de los lazos fraternales que unen a los dos pueblos hermanos, subrayando así el interés común por fortalecer aún más los vínculos de cooperación entre la República de Túnez y el hermano Reino de Marruecos».
De este modo, varias fuentes consideran que la llamada telefónica allanaría el camino para el regreso del embajador marroquí a Túnez, marcando así el fin del estancamiento diplomático con los brazos abiertos hacia un futuro próspero, destacado por la cooperación en diversos ámbitos de interés común.
En el verano de 2022, Marruecos había convocado a su embajador en Túnez, Hassan Tarek, tras la recepción de Kais Saied al líder del Polisario, Ibrahim Ghali, en la cumbre africano-japonesa TICAD, anunciando de forma clara que está inclinado hacia las posiciones defendidas por Argelia y su aliado, residente en Tinduf.
Marruecos, entonces, declaró en un comunicado ministerial que “Después de que Túnez trabajara para duplicar las posiciones y acciones negativas dirigidas al Reino de Marruecos y sus intereses más elevados, la acción de Túnez en el marco de la TICAD confirma claramente este enfoque”.
«Túnez trabajó para contradecir la opinión de Japón, violando el curso de preparación del foro y las normas establecidas para ello, y decidió unilateralmente invitar a la entidad separatista», expresó el Ministerio de Asuntos Exteriores marroquí.
“La recepción dada por el presidente de Túnez al líder separatista es un acto peligroso y sin precedentes. Hiere enormemente los sentimientos y las fuerzas vivas del pueblo marroquí», concluyó.
