Rue20 Español/ Tánger
Walid El Moumen
Nadie pone en duda el poder que ostenta el jefe de Estado Mayor del ejército de Argelia, Said Chengriha, en el país. Este general lleva un odio profundo para con su vecino Marruecos. Este odio marca la política exterior del país magrebi, aislado más que nunca en un mundo que vela por la cooperacion y establecer la paz.
El diario español «La Razón» describe a Chengriha como el «arquitecto» de la escalada entre Argelia y Marruecos, considerándole el responsable número uno de todo lo que ha sucedido hasta el momento entre los dos países.
«Said Chengriha es el arquitecto en la sombra de la escalada de tensión entre Argelia y Marruecos, que ha conducido a los dos países vecinos a una de las peores crisis diplomáticas en décadas», afirmó el medio español.
Es evidente que Chengriha aspira a declarar una guerra contra Marruecos cuyo destino no lleva a ningun puerto. La ultima decisión del cierre del Gasoducto Magreb-Europa por el que Argelia envía gas a España mediante el territorio marroquí, corrobora esta tesis.
Además del cierre del gasoducto, el régimen militar argelino tomó otras decisiones que no tienen nada que ver con las reglas de la vecindad, como cuando rompió unilateralmente sus relaciones diplomáticas con Marruecos y el cierre del espacio aéreo contra los aviones civiles y militares marroquíes.
Ademas de «La Razón», “Le Monde Afrique», por su parte, critica al general Chengriha y, de manera indirecta, dice que todas las autoridades de la Republica argelina están bajo su control, y el presidente Abdelmejid Tebboune no es más que un marioneta que no pinta nada en el ejercicio político del país.
El periódico africano aclara que «Chengriha controla el aparato de inteligencia y la Dirección Central de Seguridad del Ejército, que supervisa todos los asuntos del Estado argelino, dejando a la Presidencia de la República marginada”.
Cabe destacar que Chengriha llegó al máximo poder militar argelino, tras la muerte inesperada de Ahmed Gaïd Salah, jefe del Ejército argelino, debido a una crisis cardíaca en el año 2019, en vísperas del «Hirak», un movimiento que exigió la caída del régimen del expresidente Abdelaziz Bouteflika y celebrar elecciones justas.
Chengriha también fue uno de los prisioneros en la victoriosa batalla de Amgala (1976), donde Marruecos fusilaba a los mercenarios de la República ficticia ayudados por Argelia que estaba bajo el mandato del Houari Boumediene.
