Rue20 Español/Marrakech
El Abbas Tahri Joutey Hassani
Los restos, encontrados en Jebel Irhoud, al noroeste de Marruecos, han retrasado el origen del Homo sapiens en 100.000 años; los rasgos faciales de este antepasado de la humanidad han sido reconstruidos por los científicos gracias a la forma de su cráneo.
Los restos del hombre prehistórico de Jebel Irhoud, nombrados por el sitio marroquí donde fueron descubiertos, no solo han retrasado el origen del Homo sapiens en 100.000 años, sino que también han puesto de manifiesto el papel central de Marruecos en la historia de la humanidad, según el medio británico The Mirror.
A diferencia de la antigua teoría que situaba a África oriental como la cuna exclusiva de la humanidad, estos fósiles han demostrado que nuestros antepasados ya estaban dispersos por todo el continente africano hace 300.000 años.
Hoy, el rostro de este antiguo antepasado se revela gracias al trabajo de Cicero Moraes, un experto brasileño en diseño gráfico.
Moraes ha utilizado datos proporcionados por los investigadores del Instituto Max Planck para escanear en 3D el cráneo descubierto en Jebel Irhoud y realizar una aproximación facial cruzando varios enfoques, como la deformación anatómica.
«El rostro resultante es a la vez fuerte y sereno», ha declarado a The Mirror.
Utilizando la tomografía de un humano moderno, Moraes ha adaptado estos datos para que el cráneo de muestra se convierta en el cráneo de Jebel Irhoud y termine generando un rostro compatible.
Los datos modernos han ayudado a predecir el grosor de los tejidos blandos y la probable proyección de la nariz y otras estructuras faciales.
La reconstrucción ha dado lugar a dos grupos de imágenes.
Moraes, que ha publicado su estudio en la revista de diseño gráfico 3D OrtogOnLineMag, explica el proceso; afirmando que «el rostro final es la interpolación de todos estos datos, lo que genera dos grupos de imágenes, uno objetivo, con elementos más técnicos, sin pelo y en escala de grises. El otro es artístico, con la pigmentación de la piel y el pelo».
El medio británico informa de que el experto brasileño había optado por dar un rostro de hombre al esqueleto; porque le parecía el cráneo más robusto y masculino.
El cráneo en sí es un compuesto de varios fósiles, recreado en un todo que Moraes ha calificado de «excelente y bastante coherente, anatómicamente hablando».
Según el Instituto Max Planck, los restos de Jebel Irhoud presentan «un rostro y unos dientes de aspecto moderno, pero una caja craneal más arcaica».
«En cuanto a la transformación de la caja craneal a lo largo del tiempo, probablemente esté relacionada con una serie de cambios genéticos que afectan a la conectividad, la organización y el desarrollo del cerebro», ha compartido el instituto.
En una misma declaración para The Mirror, Moraes ha señalado similitudes entre el cráneo de Jebel Irhoud y el de Skhul V, otro Homo sapiens, descubierto en Israel y datado unos 180.000 años después.
Los primeros fósiles de Jebel Irhoud, descubiertos en la década de 1960, se habían estimado inicialmente en 40.000 años.
No fue hasta la década de 1990 cuando su edad se reevaluó entre 100.000 y 200.000 años, antes de que nuevas técnicas revelaran en 2017 que en realidad datan de 300.000 años.
Según The Mirror, Jean-Jacques Hublin, paleoantropólogo del Instituto Max Planck, declaró, en su momento, que «creíamos que la cuna de la humanidad se encontraba en África oriental hace 200.000 años. Pero nuestros nuevos datos revelan que el Homo sapiens ya estaba disperso por todo el continente africano hace unos 300.000 años».
Este descubrimiento sitúa a Marruecos en el corazón de la historia de la humanidad.
Los restos de Jebel Irhoud son los miembros más antiguos de nuestra especie jamás encontrados, con una antigüedad de unos 315.000 años.
En comparación, los fósiles más antiguos encontrados en Omo Kibish, Etiopía, datan de 195.000 años.
