Rue20 Español/Barcelona
Marruecos es un país con una economía en pleno crecimiento y dinamismo, lo que se refleja directamente en su mercado laboral y en la incorporación continua de nuevos trabajadores; teniendo, para España, un papel fundamental como socio económico.
De acuerdo a la Seguridad Social española, en los últimos doce meses el número de empleados extranjeros ha aumentado en 205,303 personas.
Los datos revelan que el porcentaje de crecimiento en el empleo proviene en gran medida de trabajadores de nacionalidad no española, especialmente de Marruecos.
Actualmente se registran 75,675 marroquíes afiliados en Cataluña; frente a 28,486 en la Comunidad de Madrid.
De hecho, el cómputo de la nacionalidad marroquí en Cataluña supera en un 165% al registrado en la Comunidad de Madrid.
Este contraste se explica examinando la importancia de sectores primarios como la agricultura en Cataluña.
«Su requerimiento se hace notable sobre todo en las tareas arduas, que los españoles no quieren realizar y que están destinadas y que se han clasificado como trabajo para inmigrantes», según indica un estudio de la Universidad de Valladolid.
Los trabajadores marroquíes desempeñan un rol clave en estos oficios laborales que sostienen a la economía catalana.
Estos factores convierten a Marruecos en una fuente vital de mano de obra para algunas actividades productivas de España.
En definitiva, la relación económica entre Marruecos y España se sustenta en una interdependencia mutuamente beneficiosa.
Los trabajadores marroquíes cuentan con mayores opciones laborales en España; al tiempo que desarrollan funciones que muchos españoles ya no desempeñan.
Esta simbiosis socioeconómica debe preservarse, en vista de los aportes de Marruecos en sectores agrícolas y de construcción que impulsan la actividad de regiones como Cataluña.
Por ello, Marruecos y España se perfilan como socios económicos estratégicos destinados a reforzar aún más sus vínculos en los años venideros.
