Rue20 Español/ Fez
Walid El Moumen
La hostilidad y la ideología antimarroquí del líder neerlandés de extrema derecha Geert Wilders, al parecer, no han sido suficientes para garantizar el ascenso al sillón del primer ministro de los Países Bajos. A pesar de su victoria en las últimas elecciones (23,5%), Wilders renunció a su candidatura para acceder al cargo de primer ministro de los Países Bajos, debido a la falta de apoyo de los partidos de coalicón.
Wilders afirmó que solo podría convertirse en primer ministro «si todos los partidos de la coalición» lo respaldaran. «Ese no es el caso», reconoció Wilders, después de cuatro meses de su victoria en las elecciones parlamentarias.
La situación en los Países Bajos casi llegó a un estancamiento, donde ni los partidos de derecha ni de izquierda pudieron obtener apoyos. El parlamento neerlandés está dominado por partidos que van desde el centro hasta la derecha.
El líder ultranacionalista expresó su deseo de dirigir el país, con políticas de asilo e inmigración más restrictivas. Wilders quiere un país solo para los neerlandeses. «Me gustaría un gabinete de derechas. El amor por mi país y mis votantes es grande y más importante que mi propia posición», escribió Wilders en un breve mensaje.
Wilders es ampliamente conocido por su ideología islamófoba y su rechazo al otro, especialmente a la identidad marroquí. Sus palabras antiinmigración fueron el leitmotiv de su campaña.
Es relevante recordar que la justicia neerlandesa ya lo ha condenado por calificar de «escoria» a los marroquíes y por otros insultos. Además, vive bajo protección policial desde 2004 debido a su perfil polémico.
