Rue20 Español/ Rabat
Entrevistado por Mohamed Charbi
Entre los profesores marroquíes más destacados y conocidos que están enseñando -y dejando una huella muy positiva- en las universidades de España se encuentra el Dr. Mohamed El Madkouri.
Mohamed El Madkouri es Doctor de Estado en Lingüística. Doctor por la Universidad Autónoma de Madrid, en lingüística, en 1993, con una tesis sobre Teoría de la traducción (1ª tesis doctoral). Doctor en 2005 por la Universidad Complutense de Madrid (premio extraordinario), en Filología, con una tesis sobre La imagen del otro en la prensa española (2ª tesis doctoral).
Trabaja como Profesor Titular del Departamento de Lingüística de la Universidad Autónoma de Madrid (Área de traducción e interpretación).
Además, El Madkouri es ex subdirector del Departamento de Lingüística, Lenguas Modernas, Lógica y Filosofía de la Ciencia de la Universidad Autónoma de Madrid. Ex director adjunto de la Licenciatura de Traducción e Interpretación de la Universidad Autónoma de Madrid. Es también Traductor Jurado…
En la primera parte de esta entrevista (parte -1-) concedida al diario Rue20 Español, el Dr. Mohamed El Madkouri habla de su larga experiencia como profesor en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Asimismo, habla de la presencia de los profesores y estudiantes marroquíes en las universidades españolas, así como del estado actual de la traducción del árabe al español y viceversa, entre otras cuestiones de suma importancia.
1- Usted lleva trabajando desde hace mucho tiempo en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Háblenos de su experiencia como profesor en esta Universidad.
R-1. Sí, llevo en la UAM, como profesor, oficialmente desde 1994 y como estudiante desde 1988. Es una Universidad que me acogió con los brazos abiertos en unos momentos y circunstancias muy difíciles de mi vida. Recuerdo que llegué a finales de octubre cuando el periodo de inscripción se había cerrado y las clases ya llevaba una semana o dos. La gerente de mi Facultad entonces, me inscribió fuera de plazo.
Supongo que el estado lamentable en que llegué a Madrid le debiera dar pena, o yo le hubiese inspirado confianza y seriedad… No lo sé, pero se produjo el milagro.
Una vez matriculado me fui al Departamento de Lingüística para ver dónde estaba. Allí estaba el Director, José Hierro Sánchez-Pescador, que en paz descanse, que yo en ese momento no sabía que lo fuera. Me cogió de la mano y me dio la vuelta por toda la Facultad. Me emocioné mucho, incluso lloré cuando nos despedimos… ¡No estaba acostumbrado a estos tratos!
La Autónoma era mi casa… El que era el director de mi primera tesis, el catedrático Francisco Marcos Marín, me dejó la llave de su Despacho. Cuando estaba de viaje lo ocupaba para trabajar allí tranquilamente. A veces no controlaba el tiempo y cuando me daba cuenta era ya muy tarde por la noche… Ya no tenía sentido ir a mi habitación, alquilada en casa de una señora mayor, para luego volver a las 8:00. Además, como no tenía quien me esperara o se preocupara por mí, me podía permitir esos lujos.
2- ¿Cómo ve usted las universidades españolas?
R-2. Recuerdo que pedí una vez un libro desclasificado que localicé en una biblioteca en Ginebra, La traduction dans le monde modèrne de Edmond Cary. Nuestra biblioteca universitaria se encargaba y lo sigue haciendo, en estos casos, de traer el libro en préstamo o de conseguir una fotocopia del mismo. Lo pedí varias veces, pero no llegaba. Fui a mi director para quejarme:
- ¿Por qué no lo pide Vd. profesor? A mí no me hacen caso, no sé si es porque soy extranjero.
Se enfadó al oír lo que pensaba yo que era la razón por la cual no me traían el libro:
- ¡Aquí no hay extranjeros, lo que hay son estudiantes matriculados para estudiar!…
Se calló un poco sin saber yo qué hacer si retirarme o seguir de pie, luego con una carcajada:
- ¡Vete a recordarles el libro, anda, que no soy tu madre!
La verdad es que esta escena, me permitió entender el episodio del Quijote y los molinos, cuando lo volví a leer. A veces nos construimos nuestras narrativas sobre bases subjetivas.
También entendí que el director de tesis no es un ogro, sino una suerte de entrenador o de hermano mayor… No solo se ocupa de tus conocimientos y saber hacer investigador, sino también de tu personalidad… Este mismo director llegó a ofrecerme, varios años más tarde, la entrada para comprar mi propia casa y que “luego me irías devolviendo poco a poco”…
No creo que todos los directores españoles hicieran lo mismo, pero sí estoy seguro que hicieran otras cosas semejantes si aprecian seriedad y responsabilidad en sus alumnos.
El sistema educativo español es equitativo entre todos, absolutamente todos, los estudiantes y que hay mecanismos que garanticen la justicia: pueden pedir la revisión del examen (en caso ni se pide porque es obligatoria y el profesor debe al publicar las notas, anunciar también el día y el lugar de la revisión). Puedes reclamar e impugnar la decisión del tribunal o de cualquier comisión… puedes hasta acudir a los tribunales de justicia que se consideras que han vulnerado tus derechos… hay la figura del defensor del estudiante.
Fíjese que he dicho que el sistema y justo, esto no significa que no existan profesores injustos o corruptos como hay personas corruptas en Seguridad o Justicia… Pero son casos excepcionales cuando caen hacen mucho ruido.
La universidad española (tanto la Autónoma como la Complutense) me lo ha dado todo como alumno y, en caso de la UAM, como miembro del personal docente e investigador.
Como en todos los ambientes laborales hay roces, competencias y antipatías… y cuando esto ocurre, pocas veces en mi caso la verdad, y no soy precisamente de los que dan su brazo a torcer. Ni mejor, ni peor, aquí soy uno más.
3- ¿Qué podría decirnos sobre la presencia de los profesores y estudiantes marroquíes en las universidades españolas?
R-3. Aunque muy pocos, hay muy buenos profesores y profesionales de origen marroquí no solo en la Universidad, sino también en otros ámbitos profesionales e investigadores. Los hay y muy buenos.
Sin embargo, no podría decir lo mismo de las nuevas generaciones de estudiantes marroquíes. El nivel ha bajado muchísimo, como en todo el mundo supongo.
Además ya no llegan a hacer el doctorado en Madrid como el caso de nuestra generación o en la siguiente. La única doctoranda marroquí que tengo en este momento la tengo en codirección y está en la Universidad de Valencia donde va a leer su tesis doctoral.
4- ¿Cómo ve el estudiantado español al profesor marroquí?
R-4. La verdad es que no lo sé… Al principio cuando empecé de joven creo que era yo para ellos un poco exótico sobre todo porque daba asignaturas en el departamento de filología española. Mohamed dando conceptos de lingüística general o lingüística histórica no era muy común.
Luego con las nuevas generaciones ya “me han normalizado”. No sé siquiera si saben que nací en Marruecos. Dicen que soy muy hermético sobre mi vida privada. Entro, doy mis clases, me río un poco con ellos para hacerles digeribles los contenidos.
Es verdad que mis actuales asignaturas, Lingüística aplicada a la traducción y Traductología y el ritmo de trabajo que conllevan les agobia un poco.
Luego cuando ya son mayores y te encuentras con ellos en la calle te saludan y te agradecen por haber sido riguroso y estricto con ellos.
De hecho, hace años cuando estudiaba inglés en la Escuela Oficial de Idiomas una mujer vio mi nombre o mi redacción en la mesa de su marido. Ya a finales del curso el profesor me dijo que tenía a su mujer como alumna y que muchos de ellos me adoran.
Lo mismo ocurrió con uno de mis familiares cuando su profesora de bachillerato le preguntó por su apellido. Para mi ex alumna, profesora, soy muy exigente, pero bueno ¡Se agradece porque anima a las jóvenes generaciones!
5- ¿Qué papel podría desempeñar el profesorado marroquí para mejorar la imagen de Marruecos en España?
R-5. La verdad es que la imagen de Marruecos depende de sí mismo. Si un país necesita que un profesor le cambie la imagen, mal asunto. Aquí las experiencias determinan solo la imagen de las personas individuales y no se generalizan a su país de origen o a su cultura.
En cambio, si uno hace algo malo eso sí que se generaliza. Me viene a la mente ahora el caso de Zine Eddine Zidan, cuando juega bien es Zizu, pero cuando dio un cabezazo a un jugador italiano ya no es ni Zizu, ni francés, sino argelino.
Así que hay que portarse bien. El profesorado, igual que cualquier profesional, debe hacer bien su trabajo y ser el mejor en lo que hiciera. Debe ser independiente y defender la justicia por encima de todo. Un profesor no es personal diplomático, ni consular. Debe ser independiente de cualquier poder real o fáctico y aguatar para serlo.
No sabemos siquiera si los demás ciudadanos nos asocian con Marruecos. Si uno es cirujano, por ejemplo, el paciente no se para a pensar sobre el origen de quien tiene el bisturí en la mano.
En todo caso, como mucho diría que uno es moro, una palabra polisémica que va desde árabe a musulmán. Este nivel de precisión identificadora nacional no se da, por lo general en el español medio.
El profesorado debe situarse, según mi punto de vista, en un plano intelectual que le permita analizar situaciones con rigor y desinterés emocional, ideológico o político, para salvar su autonomía, independencia y, sobre todo, su credibilidad.
En los países avanzados ser profesor de universidad son palabras mayores. Es más fácil ser presidente del gobierno de la nación o de un partido político en un país democrático, que ser profesor universitario. En los países democráticos los parámetros cambian.
6- Usted es uno de los grandes expertos en la traducción entre el árabe y el español, ¿cómo analiza y valora el estado actual de la traducción del árabe al español y viceversa?
R-6. La verdad es que no diría que fuera yo uno de los grandes, pero sí intento observar y describir situaciones relacionadas con el mundo de la traducción y de la interpretación.
En el caso concreto de la pregunta que me plantea, la traducción literaria, supongo que es lo que me pregunta, es inseparable de una realidad cognitiva muy compleja. Allí entran en juego muchos factores que influyen en la comunicación artística en general entre las dos riberas del Estrecho…
Los constructos identitarios definitorios del Yo y del Otro influyen mucho. De todos modos se ha observado un repunte de la traducción tanto de la literatura marroquí al español como de la hispana al árabe.
En el caso de Marruecos hay un grupo de traductores muy bueno en Casablanca y también en el norte del país, que han traducido mucho en los últimos años. En España igualmente.
Ya observamos cierto interés por el Magreb en general después de la hegemonía de la literatura de Oriente medio en los años setenta, ochenta y noventa. Los arabistas españoles jóvenes, algunos, empiezan a interesarse por la zona del Magreb en vez del Maxriq.