Rue20 Español/Rabat
Entrevistado por Ismail El Khouaja
En un momento crucial para las relaciones franco-marroquíes, tras la histórica visita del presidente Emmanuel Macron a Marruecos, Rue20 Español tiene el privilegio de entrevistar a Mohamed Benabdelkader*, una figura política de gran relevancia en el panorama político marroquí.
Como exministro de Justicia (2019-2021) y anterior ministro delegado encargado de la Reforma de la Administración, Benabdelkader aporta una visión privilegiada sobre los recientes acontecimientos que están redefiniendo el tablero geopolítico en el Magreb.
La conversación con este destacado miembro de la Unión Socialista de Fuerzas Populares (USFP) adquiere especial relevancia en el contexto del renovado apoyo francés a la integridad territorial de Marruecos y su posición sobre el Sáhara marroquí. Su experiencia en relaciones internacionales, respaldada por su formación en la prestigiosa Escuela Nacional de Administración de París y su extensa trayectoria en diversos cargos gubernamentales, le permite ofrecer un análisis profundo sobre las implicaciones de este giro histórico en la política francesa.
En esta segunda parte de nuestra entrevista exclusiva, Benabdelkader aborda las repercusiones del acercamiento franco-marroquí y sus implicaciones para la región, especialmente en lo que respecta a las relaciones con España y Argelia. Sus reflexiones llegan en un momento particularmente significativo, cuando los recientes acuerdos económicos y estratégicos entre Francia y Marruecos, que abarcan desde el desarrollo de energías renovables hasta la industria aeronáutica, están sentando las bases para una nueva era de cooperación bilateral con importantes ramificaciones continentales.
—La reciente visita de Estado del Presidente de la República de Francia, Emmanuel Macron, por invitación del SM el Rey Mohamed VI, ha inaugurado una nueva etapa en las relaciones franco-marroquíes tras tres años de tensión diplomática; ¿cómo interpreta usted este nuevo giro en las relaciones entre los dos países?
Esta visita, después de tres años de tensiones diplomáticas, marca efectivamente un importante punto de inflexión en las relaciones franco-marroquíes, se trata a mi juicio de un giro que va más allá del simple calentamiento de las relaciones bilaterales, al menos así lo quiso demostrar el presidente de la República francesa delante de los representantes de la nación marroquí, marcando en su discurso una ruptura política y retórica respecto a la cuestión del Sahara marroquí, una ruptura que rompe con el statu quo de una neutralidad ambigua, favoreciendo la adopción de una posición más clara sobre el Sáhara marroquí.
Cabe recordar que una relación bilateral entre dos Estados, cuando alcanza un excelente nivel de asociación y de amistad, generalmente indica la existencia de una fuerte convergencia de intereses comunes, que se manifiesta a través de intercambios regulares, consultas sobre temas de importancia mutua e iniciativas conjuntas en cuestiones regionales e internacionales. Esta convergencia de intereses comunes es exactamente lo que representa hoy el reencuentro prometedor entre Francia y Marruecos, y que quedó reflejado en la Declaración sobre la “Asociación de Excepción Reforzada” firmada por los dos Jefes de Estado, especialmente cuando ambos expresan «Su voluntad compartida de capitalizar los logros y las complementariedades de la asociación para proyectarlas de manera irreversible hacia una nueva fase, en sectores estratégicos que respondan tanto a las transformaciones en los dos países como a los cambios del contexto regional e internacional».
Este acercamiento intenso está evidentemente motivado por necesidades mutuas, mientras que Marruecos desea obtener un apoyo internacional sobre la marroquinidad del Sáhara, Francia busca fortalecer su posición en África frente a la creciente competencia de otras potencias como China y Rusia, por tanto este reencuentro entre la República francesa y el Reino marroquí, no puede ser reducido al esplendor de la acogida marroquí y a los miles de millones detrás de los contratos obtenidos por las empresas francesas. Se trata más bien de una alianza de razón cuyo núcleo duro está constituido por intereses geopolíticos comunes.
Recordamos que después de que SM el Rey Mohamed VI, dirigiéndose a los parlamentarios con motivo de la apertura de la sesión legislativa el 11 de octubre, agradeció al presidente francés Emmanuel Macron por su claro apoyo a la soberanía de Marruecos sobre su Sahara, calificando este apoyo por un desarrollo positivo que apoya la legitimidad de la causa nacional, y que reconoce los derechos históricos del reino, el Presidente Emmanuel Macron dirigiéndose unos días después a los mismos parlamentarios, reconoció que en el marco de renovación de la relación de Francia con África, Marruecos es una puerta de entrada privilegiada, especialmente porque «a través de su geografía, de su historia, de su cultura, de la visión de sus soberanos, ha afirmado desde hace mucho tiempo su vocación de plataforma, de intermediario, de camino singular».
Así cuando el Rey de Marruecos saluda la posición positiva de Francia sobre el Sáhara marroquí, destaca la importancia de que esta posición emana de una “gran potencia y miembro permanente del Consejo de Seguridad y un actor influyente en la escena internacional” y cuando el Presidente de Francia plantea la necesidad de que ambos países puedan trabajar juntos en el continente africano, expresando su deseo de poder inspirarse en Marruecos y su acción en el Sahara y el Sahel, es porque la posición geopolítica estratégica de Marruecos, su estabilidad y su creciente influencia en África «son activos incomparables -dice Macron- que reconocemos en su verdadero valor y que pueden inspirar muchas iniciativas comunes». Así se configura el nuevo giro en las relaciones entre los dos países, Marruecos desea contar con el apoyo de Francia en Naciones Unidas y en la escena internacional, mientras que Francia que, perdiendo terreno económico y político estratégico en África, desea contar con la influencia de Marruecos en el Sahel Africano, alianza mutuamente beneficiosa en la que cada uno se preocupa también por los intereses del otro, de manera igualmente favorable a sus propios intereses.
—Como ha dicho, la visita de Macron ha servido para dejar claro la nueva postura de Francia respecto al Sáhara marroquí, a su parecer, ¿cuáles son los factores geopolíticos que empujaron al presidente galo a dar este paso?
La nueva posición de Francia respecto a la soberanía marroquí sobre el Sáhara está en efecto motivada por varios factores geopolíticos. A nivel internacional podemos destacar el hecho de que Marruecos está más o menos alineado con Estados Unidos y Francia en una visión común del futuro, mientras que Argelia fortalece cada vez más los lazos con el régimen iraní y sus aliados. A nivel regional, podemos señalar que Francia, después de haber apostado en vano por Argelia y haber sufrido su chantaje memorial, se dio cuenta de que había llegado el momento de restablecer las relaciones con Marruecos. Parece que desde que llegó al Elíseo, Macron actuó como si en el Magreb existiera un solo país que es Argelia, no entendió una cosa fundamental, los líderes argelinos necesitan a Francia como chivo expiatorio para explicar que es por causa de Francia que Argelia no está en buenas condiciones económicas, a pesar de su gas y petróleo, por lo tanto Macron debe haber comprendido finalmente que Marruecos existe, que es un país dinámico, un socio fiable y una verdadera potencia regional emergente.
Además Francia sintió la necesidad de alinearse con sus aliados respecto al conflicto geopolítico regional impuesto por Argelia, especialmente Estados Unidos y España, que ya han reconocido la soberanía marroquí sobre el territorio sahariano, así como la propuesta de autonomía como la única solución a este conflicto.
Cuando Emmanuel Macron, en su discurso ante el Parlamento marroquí, afirmó el apoyo de Francia a la marroquinidad del Sáhara, subrayó que esta posición está «anclada en la historia, respetuosa de las realidades y prometedora para el futuro». Así el Presidente francés casi sintetizó las consideraciones históricas y geopolíticas que le han llevado a adoptar esta posición, que goza de plena legitimidad porque está firmemente establecida y profundamente sostenida en fundamentos históricos. También es una posición «respetuosa a las realidades» puesto que toma en cuenta el contexto geopolítico actual y se enmarca en el dinamismo que conoce la cuestión del Sahara marroquí (retiradas del reconocimiento de la pseudo rasd, incremento del respaldo a la posición marroquí, riesgos de una deriva terrorista en los campamentos de Tinduf…). Se trata entonces de una posición realista que partiendo de un análisis concreto de la realidad concreta como dicen los marxistas, establece una compatibilidad entre la integridad territorial de Marruecos y las exigencias que nos impone la realidad en términos de paz, seguridad, desarrollo y estabilidad. Además de ser «anclada en la historia» y «respetuosa a las realidades» es una posición “prometedora para el futuro” lo que significa para Macron que el apoyo de Francia a la identidad marroquí del Sahara abre el camino a oportunidades de desarrollo y estabilidad regional. Esto implica un firme compromiso de colaborar con Marruecos en proyectos económicos sostenibles, promoviendo así el bienestar de las poblaciones locales, y estableciendo a la vez un marco positivo para las relaciones internacionales, al tiempo que fortalece la soberanía marroquí sobre el sus provincias del sur.
—La batería de acuerdos firmados por un valor de 10.000 millones de euros ha despertado la atención de la prensa española que considera que Francia ha “arramplado” con todo. ¿Cree que el nuevo acercamiento con Francia va a afectar a nuestras relaciones con la vecina España con la que, junto a Portugal, vamos a organizar el Mundial 2030?
Es absolutamente normal que la visita del presidente francés a Marruecos despertase en los medios de información españoles todo el interés que merece, sin embarco es bastante curioso que algunos grandes periódicos hayan convenido en resaltar dos tipos de titulares que le parecieron relevantes, uno de información y otro de opinión, el primero es un titular informativo indicando que «Francia acompañará a Marruecos para defender su plan de autonomía para el Sáhara» fue redactado por la agencia EFE y retomado por varios periódicos. El segundo tipo es un titular interpretativo basado en una percepción que pretende que «Marruecos ‘se olvida’ de Sánchez mientras premia a Francia con una lluvia millonaria de acuerdos (LA RAZÓN) o que «Francia cobra la reconciliación con Marruecos y deja a España con las migajas del tren (El Confidencial). Cualquiera que sea la lectura que se ha hecho en España del nuevo acercamiento de Francia con Marruecos, se puede constatar que los medios de información de nuestra vecina ibérica, al destacar la gran magnitud de los proyectos firmados entre Francia y Marruecos en esta visita, y al resaltar el compromiso de París de acompañar a Rabat en la defensa de su iniciativa de autonomía, habrán comprendido dos cosas importantes, la primera es que la «asociación de excepción reforzada» entre el Francia y Marruecos es una llamada de atención sobre la necesidad para España de una estrategia más competitiva y coordinada en el mercado marroquí. La segunda consiste en el hecho de que el Presidente francés, colocando la barra más alto, dio el ejemplo de que la nueva dinámica de la cuestión del Sahara marroquí exige no sólo palabras, sino gestos, y requiere además de las buenas declaraciones algunas concretas acciones.
—Sin duda la posición de Francia va más allá de la de España. ¿Podemos esperar más pasos del país ibérico en lo que respecta al expediente del Sáhara?
No cabe duda de que el apoyo expresado por el Presidente de gobierno Pedro Sánchez en su carta dirigida a SM el Rey Mohamed VI el 14 de marzo de 2022, fue en su momento un paso valiente y considerable, pero en el contexto actual no basta que “España considera que la propuesta marroquí de autonomía presentada en 2007 como la base más seria, creíble y realista para la resolución de este diferendo”, la nueva perspectiva abierta a nivel regional y mundial, exigirá ciertamente la toma de una posición más clara y esencialmente operativa.
Dicho eso, la asociación entre los dos Reinos, creo que está actualmente continuando su impulso y avanzando hacia nuevas perspectivas de cooperación, tan ambiciosas como prometedoras, gracias al impulso dado por Su Majestad el Rey Mohammed VI.
—¿Qué repercusiones va a tener la posición de Francia y ahora la victoria de Trump en las presidenciales de Estados Unidos en cuanto a nuestras relaciones con el país vecino Argelia?
La nueva posición de Francia, que constituye un cambio de rumbo diplomático histórico para París y una gran victoria diplomática para Rabat, tendrá efectivamente múltiples repercusiones en la zona. Por el momento hemos visto como inmediatamente después de que Francia haya tomado la decisión de reconocer la soberanía marroquí sobre las provincias saharianas, Argelia, que pretende no ser parte interesada en este conflicto, se apresuró a llamar a su embajador en París para expresar su descontento, diciendo que la decisión de Francia era «el resultado de un cálculo político dudoso» y de un «juicio moralmente cuestionable», además de calificar a Francia y Marruecos de «potencias coloniales» ! Cuando acabe el tiempo de este habitual nerviosismo y delirio retórica, Argel no tendrá más que volver a la evidencia y comprender una vez por todas que la nueva dinámica de la Realpolitik está pasando definitivamente la página de su proyecto separatista.
—¿Cómo podría reaccionar Argelia al creciente apoyo internacional a la marroquinidad del Sáhara, principalmente tras la reciente resolución 2756 que supuso un varapalo para la diplomacia argelina en la ONU?
Esta pregunta saca a la superficie la cuestión determinante de saber quién realmente gobierna Argelia, puesto que el verdadero poder como lo sabe todo el mundo, prefiere gobernar detrás de la pantalla institucional. Se trata ante todo de una frágil simbiosis entre varios clanes, ellos mismos en perpetua recomposición según las afinidades y los intereses del momento.
Como podría el clan más agresivo y más involucrado en este conflicto, suportar que mientras Argelia ha gastado cientos de miles de millones de dólares desde 1973 para la creación de una pseudo república, Marruecos está cerca de resolver el conflicto en la ONU, lo más probable es que la frustración de una derrota argelina en el expediente podría conducir algunos a una escalada militar en la región. Hay que tomar en serio la célebre hipótesis de la frustración-agresión que, tanto en el comportamiento interpersonal como en las relaciones internacionales, sugiere que la frustración por no poder lograr algo conduce a conductas agresivas.
Los acontecimientos de estos últimos días (la nueva posición de Francia, el Discurso de SM, la resolución del Consejo de Seguridad, la vuelta de Trump a la Casa Blanca…) podrían empujar alguna corriente de la casta militar en Argelia aún más hacia los brazos de Irán. Algunos ya estan tratando de arrastrar a la región a una guerra, y como lo advirtió el ministro de asuntos exteriores Nasser Bourita, existen signos de escalada y de que Argelia parece querer pasar a una confrontación militar, para responder a los logros alcanzados por Marruecos en la escena internacional sobre la cuestión del Sáhara, así como para desviar la opinión pública argelina de la crisis política y económica que golpea al país.
*Mohamed Benabdelkader es exministro de Justicia del Reino de Marruecos y destacada figura de la Unión Socialista de Fuerzas Populares (USFP).
Enlace de la primera parte de la entrevista: https://es.rue20.com/2024/11/08/benabdelkader-la-victoria-de-trump-que-reconocio-la-marroquinidad-del-sahara-es-un-acontecimiento-de-mucha-relevancia-para-la-dinamica-del-expediente-1-2/