Rue 20 Español / Buenos Aires
Entrevista realizada por José María Quevedo
Explicar un país como Argentina nunca ha sido fácil. Hasta noviembre de 2023, los argentinos vivían bajo un gobierno que defendía el estatismo extremo, el lenguaje inclusivo y la cultura ‘W’. Hoy tienen un presidente que promueve la libertad y la iniciativa privada. Es la tierra de los campeones del mundo, de Messi, Maradona y el Papa Francisco, un país fascinante pero complejo de comprender.
En esta entrevista exclusiva para Rue20 Español, el reconocido analista argentino Sergio Berensztein nos ofrece su análisis sobre el ascenso de Javier Milei, el panorama político de Argentina, y las relaciones entre América Latina, Marruecos y África. Con una perspectiva clara y directa, Berensztein explora cómo el nuevo presidente argentino, con un enfoque «antisistema», ha logrado consolidar su liderazgo en un país inmerso en una grave crisis económica. Asimismo, destaca el papel de Marruecos en el ámbito internacional, especialmente su postura ante la crisis en Venezuela, y subraya las oportunidades para fortalecer los lazos entre ambos continentes.
Sergio Berensztein es un reconocido analista político y consultor argentino especializado en políticas públicas, gobernanza y análisis de escenarios políticos en América Latina. Con una extensa trayectoria en el ámbito académico y mediático, se ha destacado por ofrecer análisis rigurosos sobre la situación política y económica de Argentina y otros países de la región.
Es frecuentemente consultado por medios de comunicación nacionales e internacionales, y colabora con instituciones públicas y privadas para asesorar en la toma de decisiones estratégicas. Además, Berensztein dirige su propia consultora, que se enfoca en la investigación y análisis de tendencias políticas y electorales.
Javier Milei: Del anonimato mediático a la presidencia de Argentina
—¿Quién es Javier Milei y en qué contexto accede al poder?
—Javier Milei es un economista con apenas dos años de experiencia como diputado de la Nación. No es un político que haya invertido mucho tiempo en hacerse conocido; al contrario, es una persona que se instaló mediáticamente a través de los medios de comunicación. En los últimos años, su carrera política experimentó un crecimiento sin precedentes, en primer lugar con mucho apoyo entre los jóvenes, y luego en un sector de la sociedad argentina que reaccionó principalmente en contra de la inflación (N. de R.: alcanzó el 211% en 2023 y se espera que sea del 121% en 2024), de un gasto público alto e ineficiente, y de un déficit fiscal que creció enormemente. Milei hizo hincapié en estos temas y, gracias a eso, se convirtió en presidente de la Nación. Se define a sí mismo como «anarco-capitalista libertario», con un componente ideológico importante en su propuesta, aunque en la práctica gobierna de forma muy pragmática. Su aprendizaje en estos meses de gestión ha sido realmente notable.
—¿Cómo ve Milei el mundo y cómo el mundo ve a Milei?
—La segunda pregunta es más importante que la primera. El presidente se instaló muy rápidamente en el escenario global, al comienzo en núcleos de extrema derecha o en los márgenes del debate político, pero poco a poco se fue integrando en el «mainstream», sobre todo a partir de su rápido ascenso político. En los últimos meses participó en foros fundamentales como el de Davos, tuvo reuniones con altos ejecutivos del mundo tecnológico en Silicon Valley, y se ha juntado en Idaho (EE. UU.) con la élite del establishmentglobal. Su figura despierta muchísimo interés debido a sus características inusuales, su narrativa, su particular forma de comunicar, y el hecho de que reivindica el sector privado sin los sesgos de lo que habitualmente se conoce como «cultura woke«. Descree del cambio climático y cree en el papel del sector privado. Es un capitalista sin culpas, y eso, en un mundo que últimamente se ha volcado hacia posturas políticamente correctas, resulta un soplo de aire fresco. Por eso le ha ido muy bien en estas reuniones, ha despertado mucho interés, y Argentina se está preparando para tener un flujo de inversiones significativo. Milei, por eso, es un personaje. Ahora Cómo ve el mundo a Argentina? Argentina está bastante aislada en materia regulativa: represión financiera, “cepo” cambiario que impide una relación natural y lógica con el resto del mundo en términos de flujos financieros. Lamentablemente, Argentina es un exportador de «commodities» y sus exportaciones se han estancado debido a una política de desaliento. Esto explica por qué Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia han crecido tanto en exportaciones agroindustriales mientras que Argentina quedó estancada. Finalmente, Argentina mira al mundo con desconfianza debido a un proteccionismo afianzado, especialmente en sectores industriales no competitivos que, sin proteccionismo, desaparecerían. Por eso existen barreras arancelarias y paraarancelarias muy altas, algunas de ellas provenientes del Mercosur y otras locales. También hay unareforma pendiente en materia comercial.
Oportunidad para fortalecer el vínculo entre Latinoamérica, Marruecos y África
—¿Cómo ven Argentina y América Latina el continente africano como plataforma de negocios? ¿Hay algo o hay que trabajar mucho todavía?
—Las dos cosas: hay algo y hay que trabajar mucho. Ya hay empresas que llevan tiempo haciendo negocios en África, sobre todo en el sector alimenticio. En Brasil, por ejemplo, por cuestiones culturales, siempre ha existido una política de cercanía con África; empresas constructoras y energéticas han estado trabajando allí desde hace mucho tiempo. En el caso particular de Argentina, creo que hay un vínculo por construir tanto con el África subsahariana como con el Magreb, o en particular con África del Magreb. Son economías totalmente complementarias. Argentina tiene el dinamismo y la capacidad para establecer lazos comerciales muy efectivos con África. Ya ha logrado bastante éxito en Asia, tanto en mercados tradicionales como en nuevos, como Vietnam y Tailandia. Por eso creo que todo está dado para que ese vínculo se fortalezca y se profundice.
—¿Qué lectura haces respecto a lo que sucede en Venezuela y cómo valoras el hecho de que Marruecos haya sido el primer país africano en condenar la situación?
— Lo que sucede en Venezuela es un desastre humanitario no solo un problema político. Venezuela expulsó 7 millones de ciudadanos que están en diferentes partes del mundo, muchos de ellos en América Latina, gente con una enorme vocación de trabajo que ama su país, que le gustaría volver y tuvo la obligación de instalarse en otra parte. Los que somos nietos y bisnietos de inmigrantes refugiados sabemos lo que eso significa; el dolor y al mismo tiempo la valoración de las oportunidades que uno encuentra. El régimen de Maduro decidió, lamentablemente, ignorar el resultado de las urnas y de forma claramente autoritaria y represiva sostenerse en el poder al margen de la condena internacional, el aislamiento que eso significa y de los problemas reputacionales que no son nuevos pero que se han profundizado.
Me parece crucial lo que ha hecho Marruecos porque es poner claramente los valores primero, y al margen de los vínculos comerciales o estratégicos creo que es fundamental en un contexto global como en el que estamos viviendo, que se prioricen las cuestiones más importantes, que en este caso tienen que ver con la soberanía popular, con el respeto a las urnas y la necesidad de encontrar una salida pacífica a este desafío que es el gran rompecabezas que enfrenta Venezuela, un país muy importante por su riqueza petrolera, por su riqueza minera pero sobre todo por la gente que está y viene sufriendo mucho. Venezuela se convirtió en un narcoestado y hay un sistema de apoyo internacional que, por intereses a veces o por esta polarización extrema que se está dando entre EEUU y China, genera oportunidad para que estos regímenes encuentren espacio para sostenerse a pesar de las sanciones. Tienen posibilidades de establecer vínculos como por ejemplo con Irán o con otras potencias menores que le sirven para sostener apoyo en particular hay que condenar a los países que han sido cómplices de Venezuela o sectores del espectro político de izquierda, como sucede con el Partido Socialista Español, que se ha beneficiado materialmente de su vínculo con el régimen de Maduro. Eso es muy condenable; habla mal de la comunidad europea, habla mal de España y habla mal de socialismo español que fue una fuerza que apoyó la democracia en los ‘80 y ‘90 y ahora está apoyando la dictadura militar.
—Como estudioso de las relaciones internacionales, ¿qué papel juega esa área en un gobierno? Sabemos que Marruecos apuesta mucho por la diplomacia.
—Es fundamental. Cuando los países se ven en una dinámica de aislamiento, es crucial analizar quiénes están de un lado y quiénes del otro. Que un país tan importante como Marruecos haya tomado una posición de liderazgo en la región es algo muy significativo, especialmente porque hubo especulaciones (y aquí entro en un tema delicado) sobre el posible apoyo que Irán podría brindar a Venezuela. De hecho, hay países como Siria, Yemen y algunos otros, que actúan como proxis de Irán, que han ofrecido su ayuda.
Por eso es tan relevante que Marruecos, en este contexto, haya decidido colocar su bandera del lado correcto: del lado del respeto a la democracia, los derechos humanos, el derecho internacional y la soberanía popular. Lo que ha sucedido en Venezuela es una verdadera tragedia, y la comunidad internacional no puede permanecer en silencio ni aislada. Los regímenes como el de Maduro son muy sensibles a este tipo de críticas y tienden a reaccionar con violencia. No me sorprendería que hubiera algún tipo de agresión hacia el Reino de Marruecos en este contexto de severo aislamiento que está viviendo Venezuela.
—Te agradecemos mucho esta entrevista para Rue20 Español, desde Buenos Aires.
— Un placer.
