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En un giro inesperado en las relaciones diplomáticas entre Argelia y Francia, el ministro de Relaciones Exteriores de Argelia, Ahmed Attaf, anunció la retirada del embajador argelino en París, Said Moussi, como una medida para «reducir la representación diplomática» y no solo para consultas.
En una conferencia de prensa celebrada en Argel, el jefe de la diplomacia argelina describió la decisión de Francia como «un paso peligroso» y expresó que el retiro del embajador es una primera medida para manifestar la desaprobación y descontento de Argelia.
Durante una conferencia de prensa celebrada en Argel, Attaf describió la decisión francesa como «un paso peligroso» y señaló que el retiro del embajador es solo la primera medida para expresar la desaprobación y descontento de Argelia.
«Argelia está considerando todas las implicaciones de la acción francesa y tomará las medidas necesarias para expresar su rechazo, especialmente en el contexto actual de buscar una solución pacífica al conflicto del Sahara Occidental», manifestó Attaf.
El anuncio de la retirada del embajador se produjo tras un comunicado del Ministerio de Exteriores argelino, en respuesta a un mensaje del presidente francés Emmanuel Macron dirigido a Su Majestad el Rey Mohamed VI.
En dicho mensaje, Macron afirmó que «el presente y el futuro del Sáhara Occidental forman parte de la soberanía marroquí» y consideró la propuesta de autonomía marroquí como «la única base» para resolver el conflicto.
Argelia criticó enérgicamente a Francia por lo que percibe como un apoyo explícito a la «realidad colonial impuesta en el Sáhara Occidental»; sugiriendo implícitamente que dicho territorio forma parte de la integridad territorial argelina.
La reacción de Argelia ante la postura de Francia pone en evidencia su implicación directa en el conflicto del Sáhara, revelando que el Frente Polisario no es más que un peón en el complejo tablero de ajedrez del general Saíd Chengriha y del presidente Abdelmadjid Tebboune.