Rue20 Español/Rabat
Zakariae Alem
La selección marroquí terminó su concentración del mes de marzo, los jugadores vuelven a sus clubes y todo vuelve a la normalidad. No obstante, tras una victoria por la mínima y un empate contra dos selecciones africanas, Angola y Mauritania, el seleccionador Walid Regragui tiene la tarea de analizar y salir con sus conclusiones.
Regragui convocó a varios jugadores nuevos, sacrificando a otros acostumbrados a estar con la selección. De los novatos destacamos al trío de ataque: Brahim Díaz, Eliesse Ben Seghir y Soufiane Rahimi.
Brahim, que vino como el ‘fichaje estrella’ para la selección marroquí, aportó mucha calidad, velocidad, dinamismo, regates y visión de juego. La cara de los ‘Leones del Atlas’ es diferente con y sin Brahim. Con el futbolista del Real Madrid jugando por delante del centro del campo, el equipo puede atacar mucho más por dentro. Antes, las combinaciones de Ounahi solo eran posibles con Ziyech y Boufal, ambos partiendo desde la banda.
No obstante, contra defensas tan hundidas como las de Angola y Mauritania, Brahim se veía obligado a bajar mucho su posición para recibir balones y construir jugadas. Eso sí, contra Angola creó mucho más, porque jugaba junto con Ounahi, un jugador mucho más ofensivo que El Azzouzi y Richardson, que jugaron contra Mauritania.
Por esta razón, Regragui tiene que pensar bien las indicaciones que deba dar a Brahim para que no se aleje de la zona de peligro, donde la eficacia del marroquí se multiplica.
Eliesse Ben Seghir fue uno de los más destacados, levantó el entusiasmo y las ovaciones de la grada gracias a sus regates y velocidad. El joven jugador del AS Mónaco aportó eficacia en la banda izquierda, donde suele jugar Boufal. Además, creaba mucho peligro también cuando entraba por dentro en diagonales y combinaba con Brahim. A pesar de la falta de experiencia, Eliesse Ben Seghir ya promete mucho.
Soufiane Rahimi, a su vez, suele jugar por la banda izquierda, pero Regragui lo puso como delantero. El jugador de Al Ain aportó mucho dinamismo al ataque. No obstante, jugando lejos de su puesto natural, no pudo anotar ningún gol. A pesar de ello, Rahimi fue causa principal del único tanto de Marruecos contra Angola, gracias a su insistencia y seguimiento al centro de Attiyat Allah, que terminó en un gol en propia puerta del defensa Carmo.
Otros ‘fichajes’ aportaron su grano de arena también. Akhomach, aunque jugó pocos minutos, pero demostró que merece ser una pieza permanente en la selección y tener más oportunidades. Con sus regates y velocidad, pudo penetrar desde la izquierda, enviando centros peligrosos en el segundo partido.
En defensa, Chadi Riad y Abqar no tuvieron serias pruebas en estos dos partidos, visto el estilo de juego de los rivales. No obstante, cuando que tuvieron que intervenir, lo hicieron bien, sobre todo cortando los balones largos. Además, tuvieron buen papel en la salida de balón construyendo desde atrás, como es la moda en el fútbol moderno.
El fantasma de falta de eficacia de cara al gol sigue a la selección marroquí incluso después de los cambios que introdujo Regragui a la convocatoria. Se trata de una asignatura pendiente que, en caso de no aprobarla, significaría más fracasos como el de la última CAN de Costa de Marfil. Si el seleccionador lograse dar con la tecla, Marruecos tendría una selección temerosa que pelearía por todos los títulos posibles.
