Rue20 Español/ Alhucemas
El reciente informe del Instituto Nacional de Estadística (INE) de España sobre su demografía ha despertado un profundo interés.
El tradicional perfil de población, que alguna vez se asemejó a una pirámide, ha evolucionado drásticamente en la última década, transformándose en una figura cada vez más delgada en su base.
Según reporta Cope, desde 2013, España ha experimentado la disminución de casi un millón de niños menores de diez años.
A lo largo de la última década, la población española ha aumentado en un millón setecientas mil personas, cifra que sitúa a España por encima de los 48 millones trescientos mil habitantes.
Afortunadamente, a medida que la población autóctona decrece, el número de inmigrantes aumenta.
En el caso de España, destacan las comunidades procedentes en su mayoría de Colombia, Marruecos y Venezuela.
Este panorama plantea un desafío que podría convertirse en una oportunidad para aliviar el efecto del envejecimiento en el país.
Sin caer en alarmismos innecesarios, es fundamental reconocer con plena conciencia que una sociedad sin niños se enfrenta a un futuro incierto, según Cope.
Cabe recordar que un 29,9% de las madres que dieron a luz, por ejemplo, en Euskadi en 2022 tenían nacionalidad extranjera. Las marroquíes encabezan la lista.
Si se considera la nacionalidad de las madres, el 29,9% tenía nacionalidad extranjera y dio a luz a 4.079 niñas y niños. En 2021 el porcentaje de las madres extranjeras fue del 27,2%, 2,7 puntos porcentuales menos que en 2022.
Los principales países de origen de estas madres fueron: Marruecos con 756 madres, Colombia (409), Nicaragua (292), Rumanía (226), Pakistán (198), Bolivia (179), Paraguay (174), Honduras (163), Argelia (128), Nigeria (128), Venezuela (122) y Ecuador (101), según un informe publicado por el Instituto de Estadística de Euskadi.
