Rue20 Español/ Rabat
Toufiq Slimani
La estrategia diplomática del Gobierno español desde junio de 2018 le está saliendo rana. España dio la espalda a Marruecos desde el pasado mes de abril, acogiendo clandestinamente a Brahim Gali, presunto líder del Polisario, en un hospital de Zaragoza. La acogida de Gali fue bajo la presión del régimen argelino.
Ahora, es más claro que el agua que Madrid ha perdido a los dos países magrebíes. La ausencia de los ministros de Exteriores de Marruecos y Argelia en Barcelona deja mucho que decir.
Los 42 países que componen la Unión por el Mediterráneo (UPM) están convocados para la cumbre celebrada hoy lunes en Barcelona con motivo del Sexto Foro Ministerial del UPM creado en 2008.
«El Foro vuelve a ser presencial en esta ocasión, tras el formato por videoconferencia en 2020, y se espera que asistan hasta una veintena de los ministros de los 27 estados miembro de la UE y los quince países del otro lado del Mediterráneo que lo componen», informó Europapress.
Mientras se confirma la ausencia de los dos ministros de Marruecos y Argelia, según El País, estarán presentes «el ministro de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, José Manuel Albares, como país anfitrión, así como su homólogo de Jordania, Ayman Safadi, y el Alto Representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, en su calidad de copresidentes de la UPM, al igual que el secretario general de la misma, el egipcio Nasser Kamel», dice la misma agencia.
«Los ministros de Asuntos Exteriores de Marruecos, Naser Burita, y Argelia, Ramtane Lamamra, han excusado a última hora su presencia», adelantó El País. Agregó que los dos ministros ausentes «han hablado telefónicamente con su homólogo español, José Manuel Albares, y, según fuentes diplomáticas, han lamentado no poder asistir alegando que la reunión coincide con la cumbre que el lunes y martes se celebra en Dakar (Senegal) entre la Unión Africana y China, el primer prestamista y uno de los mayores inversores del continente».
La ausencia de los dos ministros magrebíes tendría muchas interpretaciones. Pero cada país tendría sus razones por las cuales no alza su presencia al rango del ministro de Exteriores.
Hay algunas razones comunes y objetivas. Primero, desde la creación de la UPM en 1995, tanto en su primera versión ( hasta 2008) como la segunda (en vigor) no se han logrado los propósitos subrayados. Segundo, la UPM no tuvo ningún papel en la resolución de los destacados conflictos regionales. Tercera, la UPM no pudo durante 26 años acabar con las desigualdades entre el Sur y el Norte del Mediterráneo. Cuarta, los países del Norte nunca han sido parte de la solución del conflicto del Sáhara marroquí. Amén del fracaso de la UPM en lograr la integridad y el buen entendimiento en Rabat y Argel.
Además, Marruecos da mucha importancia por el momento a la alianza atlántica con los EEUU, a la cooperación y colaboración con los países africanos, árabes y latinoamericanos. Sin olvidar las excelentes relaciones entre Marruecos e Israel.
Varios conocedores de la UPM creen que este organismo está en «muestras cerebral». Cualesquiera que sean las razones de la ausencia de los titulares de Exteriores de Rabat y Argel, el fracaso de este organismo es un elemento influyente.
