Rue20 en español/ Fez
Meryem Ghoua
Desde hace catorce siglos, se dice que el islam prohibe los tatuajes por difentes razones entre las cuales llamar la atención de otras personas, cambiar las características de nacimiento de una persona, etc.
Esta práctica está prohibida en Marruecos. Sin embargo, los estudios y salones de tatuajes van en aumento en ciudades marroquíes como por ejemplo Rabat, Casablanca o Marrakech.
Además la práctica de estos tatuajes es muy común en varios países musulmanes, como Tunez, Irán, Siria y se dice que esta práctica se remonta al período preislámico, conocido como «yahiliya» o «era de la ignorancia».
Para los jóvenes marroquíes tatuarse es una forma de experimentar su libertad.
“La sociedad marroquí todavía rechaza la idea de tatuarse por muchos motivos, incluyendo razones religiosas, de salud o sociales. A pesar de este rechazo, hay un aumento de los clientes en los salones de tatuajes sin que eso signifique que haya una libertad absoluta, ya que hay muchos jóvenes que deciden tatuarse en secreto. También están aquellos que prefieren desafiar a la sociedad, aunque ello supondrá recibir un trato discriminatorio”, explicó el sociólogo marroquí Mustapha Yassine.
El principal obstáculo de hacer tatuajes en Marruecos es la interpretación más conservadora del islam, que recurre a un supuesto dicho atribuido al profeta Mohammed. También hay otros dichos que dicen que el islam desaprueba cualquier modificación de la perfecta creación divina.
A pesar de todo esto, existen artistas como Nabil Eddakhiri que está impregnado de la esperanza de que algún día estos puntos de vista cambien y la gente empiece a aceptar ver los tatuajes como una expresión artística, según declaró Cidafucm.
«Es muy difícil llegar al mismo nivel (de aceptación de los tatuajes) de América o Europa. Se necesitarían otros 10 años para conseguir eso. Por ahora, solo tengo un sueño. Me gustaría que la gente viera los tatuajes como arte. Cuando veamos a alguien que tiene un tatuaje con el que vivirá para el resto de su vida, deberíamos verlo como una forma de hacer arte”, comentó Nabil Eddakhiri.
Por otra parte, los amazigh, sobre todo las mujeres, antes hacían los tatuajes como costumbre, aunque se considera pecado para los musulmanes.
Los datos revelan que en los últimos años cientos de jóvenes bereberes, más mujeres que hombres, acuden a tatuarse en la piel dibujos procedentes de lo más profundo de la cultura amazigh, según declaró La Vanguardia.
Anteriormente, las mujeres imazighen en Marruecos llevaban el tatuaje en las manos, el mentón y la frente, además de que algunas pueden tener tatuajes en las piernas y el cuello.
Para los imazighen, esos tatuajes son una muestra del orgullo de su origen amazigh, sin embargo, hoy en día esta práctica está desapareciendo.
No obstante, en la comunidad amazigh se justifica la práctica de tatuarse en base a que Fátima, hija del profeta Mohammed, llevaba tatuajes en su cara, según declararon unas fuentes.
Cabe señalar que los tatuajes imazighen tienen una profunda historia ya que se usaban para determinar la afiliación e identidad tribal, indicar el estado civil de las mujeres y si estaban preparadas para el matrimonio o no. Los tatuajes no son una novedad en Marruecos.
