RUE20 ESPAÑOL / RABAT
Después de la tormenta viene la calma. Este refrán se ajusta hoy a la actitud del gobierno español acerca de sus relaciones diplomáticas con Marruecos.
El gobierno liderado por Sánchez entró en los últimos días en una etapa de silencio y reflexión. Ahora se empieza a valorar la importancia de Marruecos en la región.
El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, durante la entrevista mantenida hoy con Susanna Griso en el ‘Café’ de Espejo Público, asegura la movilización del gobierno español para volver a la normalidad con Marruecos y recuperar la armonía perdida desde hace más de 50 días.
El ministro español no dio más detalles sobre el cómo y cuándo se restablezcan las relaciones bilaterales entre los dos reinos, pero dio a entender que hay contactos entre Madrid y Rabat.
A pesar de la gravedad de la crisis actual desatada por el gobierno español por acoger al presunto líder del polisario, Brahim Gali, bajo una identidad falsa, y por facilitarle la salida hacia Argelia, Marruecos sigue cooperando con algunos ministerios y departamentos españoles que no se implicaron en el llamado “Caso Gali”.
La cooperación de seguridad y de inteligencia, y la coordinación a nivel de migración y pesca no se ha roto.
En cambio, parece que Sánchez, su ministra de Exteriores, Arancha González Laya, y los ministros de “Podemos” se convirtieron en detonante de las relaciones diplomáticas con Marruecos.
El ministro español asegura que “las cosas se van normalizando (con Marruecos)». Y para afirmar el mantenimiento de las relaciones sectoriales, el ministro que se «va a poder repatriar a las casi 13.000 freseras marroquíes que han estado trabajando durante un semestre en Huelva», según Europa Press.
También, el ministro ha explicado que el pasado lunes las autoridades marroquíes presentaron «un calendario de repatriación progresivo que lo va a facilitar mucho». «He visto una actitud muy positiva en Marruecos, creo que hay distensión», ha concluido Escrivá.
La crisis migratoria de Ceuta
José Luis Escrivá aprovechó su paso por el “Café” para anunciar este jueves que Ceuta recibirá «en los próximos meses» unos 10 millones de euros de ayudas europeas para gestionar la crisis migratoria generada a raíz de la entrada en la ciudad ocupada de unos 10.000 inmigrantes el pasado mayo, la mayoría de ellos de nacionalidad marroquí. Pero más de 7000 inmigrantes han sido devueltos a Marruecos.
En realidad, este apoyo financiero va a aliviar las pérdidas económicas de la ciudad ocupada por las políticas de los gobiernos locales y centrales.
Todos los gobiernos españoles sacaban provecho electoral de la ciudad, pero la han dejado muy pendiente del comercio atípico.
Cuando Marruecos impidió el porteo en octubre de 2019, Ceuta descubrió que España no ha hecho lo suficiente para construir una economía sólida en la ciudad en comparación con otras ciudades españolas.
En declaraciones a Antena 3, el titular de Migraciones ha reconocido que Ceuta «está asumiendo el mayor coste de gestión de esta situación» y ha confirmado que este miércoles han presentado ante la Comisión Europea la petición formal de ayudas «con las estimaciones» que ha hecho el gobierno ceutí.
«Creo que podrán llegarle muy pronto unos 10 millones de ayudas europeas en los próximos meses», ha asegurado Escrivá, que ha detallado que este dinero servirá para la atención y acogida de los más de mil menores no acompañados que entraron a Ceuta entre el 17 y el 19 de mayo, así como para «mantener» a los inmigrantes «que están en la calle y aún no ha salido», según Europa Press.
Las ciudades ocupadas Ceuta y Melilla necesitan un plan Marshall europeo- español y no solo 10 millones de euros. Las dos ciudades necesitan una negociación seria entre Madrid y Rabat para pensar su futura. Renunciar los sólidos vínculos de las dos ciudades con Marruecos sólo alargará la agonía de las dos ciudades.
Pensar el futuro de las dos ciudades podría ser el primer paso para conseguir el bienestar de sus ciudadanos.
