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Meryem Ghoua
Marruecos es un país con una naturaleza muy viva y virgen también, destaca por su hermoso, mágico y misterioso paisaje. Bin El Ouidane es un gran lienzo en blanco, donde todo lo inimaginable se convierte en realidad.
Es un pequeño pueblo, un patrimonio nacional excepcional, situado en la provincia de Azilal, de la región de Beni Mellal-Jenifra, (Marruecos).
Bin El Ouidane es un lago de 3.735 hectáreas, el color de su agua es digno de una postal. Su nombre significa «entre dos ríos», estos dos ríos son el Oued Ahansal y el Oued El Abid.
Este pequeño pueblo, donde viven aproximadamente 6000 habitantes, está formado por montañas, bosques y lagos. Es una región fresca y hermosa donde se puede pasear a pie o mediante las bicicletas de montaña.
La tranquilidad de este pueblo atrae a muchos turistas y habitantes marroquíes y extranjeros, sobre todo, los jóvenes que se dirigen allí para disfrutar y practicar sus aficiones, como la natación, la caza y el ciclismo acuático.
Es una obra maestra natural con bosques, en su mayoría son de robles y ciprés, con montañas en muchas direcciones y con muchas especies de peces que habitan sus ríos.
Anteriormente, se construyó allí una presa llamada «Bin El Ouidane» diseñada por el ingeniero André Quinn en el año 1950, construida de una manera muy fina, en forma de arco iris.
Esta presa es uno de los monumentos más famosos de la región, tiene 132 metros de altura, 290 metros de ancho y con un área de almacenamiento de 1.500 millones de metros cúbicos de agua.
Se construyó con el fin de generar electricidad adecuada para las zonas circundantes y también para las zonas agrícolas.
Lo que caracteriza más esta presa y la convierte en un destino preferido para los visitantes y turistas es su ubicación y altura, que permiten tener una vista panorámica de la cordillera circundante, así como el lago artificial que está detrás de la presa.