Rue20 en español / Kenitra
Mohammed Ourabai / Mohamed Charbi
El bosque de Maamora, compuesto principalmente por alcornoques, eucaliptos y otras especies, es uno de los principales bosques de Marruecos.
Es considerado el mayor alcornocal del mundo, situado sobre la llanura atlántica en las afueras de Rabat, y ocupa una superficie de más de 131.000 hectáreas.
Es considerado el pulmón de la zona, y un lugar de recreación para las ciudades limítrofes de Rabat, Salé, Kenitra, además de otras ciudades del Reino de Marruecos.
En estos últimos años, Maamora está luchando contra los factores naturales y humanos que han deteriorado su ecosistema.
Su superficie original se ha visto reducida y se ve difícil su regeneración dado el largo ciclo vital del árbol y su escasa adaptabilidad a los cambios.
Hay otros factores que impiden la regeneración natural de este alcornocal como su cercanía a las aglomeraciones urbanas, la tala clandestina de los árboles llevada a cabo por bandas ilegales, y el lobby de la inmobiliaria que sigue devorando el bosque sin clemencia.
La flora y fauna del lugar están viendo su existencia amenazada por el desarrollo de proyectos inmobiliarios.
El lobby inmobiliario está avanzando a un ritmo cada vez mayor, devorando vastas áreas de vegetación y de bosque.
“El bosque de Maamora, y los demás bosques que rodean la ciudad de Kenitra, están ahora expuestos a los crímenes ambientales más atroces, debido a la tala de miles de árboles muy antiguos, que tienen cientos de años”, ha indica el presidente de la Asociación Oxígeno para el Medio Ambiente y la Salud, Ayoub Krir, en declaraciones a “Rue20”.
“Nosotros en la Asociación estamos defendiendo el bosque de Maamora, -pulmón de Marruecos-, debido al gran papel que juega este importante entorno ecológico que alberga un grupo considerable de flora y fauna, algunas en peligro de extinción”, ha subrayado el presidente de la Asociación Oxígeno para el Medio Ambiente y la Salud.
“Debemos mantenernos firmes para paralizar estas prácticas y hacer que todos los responsables de este crimen rindan cuentas”, ha añadido.
Hay que hacer todo lo posible para proteger este entorno ecológico, y “quien hace daño al medio ambiente, está destruyendo el futuro de las generaciones actuales y las venideras”, ha aclarado.
Según Ayoub Krir, “las áreas forestales se están deteriorando constantemente. La superficie del bosque de Maamora era casi 330.000 hectáreas, pero hoy este número ha disminuido notablemente. Lo mismo se podría decir de muchas otras áreas forestales”.
“Todo eso por culpa del lobby inmobiliario, que aprovecha la irresponsabilidad y miopía de algunas autoridades para cometer delitos ambientales, para beneficiar sus intereses personales”.
Para Krir, las personas que allanan el camino para el lobby inmobiliario y le otorgan la licencia o le brindan facilidades para llevar a cabo estos delitos también son responsables de este delito ambiental.
Finalmente, “hay que poner fin a estos crímenes ambientales mediante una nueva mentalidad y una nueva gestión”, ha concluido.
