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A falta de cuatro meses para las elecciones generales y municipales (8 de septiembre para la Cámara de diputados y 5 de octubre para los miembros de la Cámara de Consejeros), los temores de las fuerzas estatales y políticas son cada vez mayores. Estos comicios decisivos están amenazados por el fenómeno de la abstención electoral, especialmente en un contexto político caracterizado por una persistente falta de confianza ciudadana en el proceso electoral.
A los ciudadanos marroquíes les interesa la política, pero no les importa mucho el proceso electoral por motivos complejos y entrelazados, algunos de los cuales se remontan al legado del pasado en la manipulación de procesos electorales, y otros se deben al método de formación de gobiernos en los que el consenso juega un papel determinante, lejos de lo que dictan los resultados electorales.
En vísperas de cada fecha electoral, se nota una preocupación por la abstención electoral. Esto es comprensible, ya que la tasa de participación en las elecciones marroquíes no supera el umbral del 50%, más bien, las elecciones de 2007 fueron testigos de un retroceso sin precedentes en el terreno de la abstención electoral, con una tasa de participación que no superó el 37%.
La tasa de participación en las elecciones marroquíes de 2011 no superó el 45%, aunque fueron las primeras elecciones parlamentarias tras la aprobación de la nueva constitución. Había grandes expectativas de que estas elecciones movilizarían una amplia base de votantes, pero prevaleció la frustración. En el mismo contexto, la tasa de participación en las elecciones legislativas de 2016 fue del 42,29%.
A pesar de la aprobación de una reforma fundamental en las próximas elecciones legislativas mediante la adopción del nuevo cociente electoral en la distribución de votos, basado en el número de los inscritos en las listas electorales y no en la base de los votantes reales, la clase política en general en Marruecos teme que la abstención electoral se refuerce durante las elecciones de verano de 2021.
El ministro del Interior, Abdel ouafi Laftit, afirmó ante la Comisión de Interior de la Cámara de diputados durante la discusión de los proyectos de ley electoral que los desafíos que se presentan en estas elecciones son potenciar la implicación de los ciudadanos en el proceso electoral.
El ministro registró que las próximas elecciones serán excepcionales, ya sea por la circunstancia en la que se presentan y que se caracterizan por la crisis de salud asociada al Coronavirus, o por el método que se ha preparado para ellas, destacando la importancia de proceder con el mismo espíritu que marcó las consultas sobre los preparativos de las próximas elecciones, con el fin de elaborar textos legales en los que exista acuerdo.
El ministro llamó a la necesidad de esfuerzos concertados para que el proceso electoral del presente año transcurra en las mejores circunstancias, y señaló que el ministerio se compromete a hacer todo lo posible para que este proceso se caracterice por la completa y positiva neutralidad estatal.
El problema de las elecciones de 2021 es que los partidos políticos no tuvieron tiempo de movilizar a los votantes, dada la excepcional situación que vive Marruecos desde hace más de un año, que se caracteriza por la propagación de la epidemia de Covid 19.
Los partidos políticos ni siquiera estaban seguros de que las elecciones se celebrarían a tiempo. Hubo quienes creyeron que se postergaría hasta que mejore la situación epidemiológica. Sin embargo, el anuncio del Ministerio del Interior de las fechas de las distintas próximas elecciones confundió los cálculos de los partidos que se han visto presionados por el tiempo, y deben gestionar el tiempo restante en nombrar a sus candidatos para las elecciones y garantizar el mayor número de circunscripciones y ya no piensan en el tema de la abstención electoral.
