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sábado, abril 20, 2024

ANÁLISIS. La energía y el Sáhara, dos asuntos clave en la triangulación Rabat-Madrid-Argel

 

Rue20 Español/ Rabat

 

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Slimani Toufiq 

 

Argelia está en decadencia total. Nada anda bien. Este país norteafricano va de mal en peor. Un país rico a nivel de recursos naturales y humanos, pero gobernado por una élite incapaz de leer e interpretar el nuevo orden mundial y regional.

 

Marruecos está en auge. Le faltan muchas cosas, pero el país está en el camino, aunque camina lentamente. Este país magrebí no tiene gas ni petróleo, pero tiene inteligencia, mentes curiosas, aguas, desiertos, bosques. Un país que supo desde enero de 2017 leer e interpretar el nuevo orden mundial y regional.

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España está en crisis. Mariano Rajoy, expresidente del Gobierno español, decía en un acento gallego: «España está bien». El actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dice lo mismo. Sin embargo, nada anda bien en España. Hasta el fútbol, la gran marca española, está en crisis. Este país Ibérico ha perdido peso e influencia tanto en Europa como en el mundo. Países como Polonia, Suecia, Suiza, Ucrania (…) pesan mucho que España en el tablero europeo.

 

La decadencia de Argelia por las decisiones incomprensibles y arcaicas del régimen militar, es una realidad. La debilidad de la política exterior española hoy en día es una evidencia indiscutible. El avance diplomático, económico, infraestructural y social de Marruecos es reconocido y concido por los amigos y los enemigos.

 

El meollo del asunto radica en el crecimiento, la evolución y el desarrollo de Marruecos. Marruecos tiene muchos problemas internos, pero está dando la cara para solucionarlos. Nadia niego eso.

 

Sin embargo, el éxito de Marruecos en los últimos años, sobre todo, en la política exterior, molesta a sus rivales tradicionales y nuevos. El éxito crea enemigos. Esto forma parte de la vida. Ni Argelia ni España quieren un Marruecos mucho más fuerte por diversas razones.

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La nueva alianza militar entre Tel Aviv y Rabat es la mejor muestra. Antes que acabe la visita del ministro de Defensa israelí a Marruecos, los argelinos y los españoles han expresado su inquietud, preocupación y hasta su enfado. La estrategia de la diversificación de los socios de Marruecos, empieza a dar sus sus frutos. Estos últimos han dejado un mal sabor de boca en Argelia y España.

 

Ahora, Argelia se ve muy superada por Marruecos. Los dos atletas del Magreb están muy alejados. Marruecos anda primero. Argel solo busca obstaculizar el desarrollo y el crecimiento de Marruecos. Si no puedes superar a alguien, intenta entorpecer su evolución. Una táctica muy manejada por la élite gobernante en Argelia.

 

Los argelinos saben a ciencia cierta que Marruecos no tiene gas ni petróleo, pero tiene talento y paisajes diversos. Los argelinos y los españoles saben que las energías renovables serían el futuro. Serán el gas del futuro. La apuesta de Marruecos por las energías renovables es una apuesta por el futuro.

 

Argelia no tiene proyectos ni estrategias para lanzar las energías renovables. Ante esta carencia, los generales quieren poner trabas a Marruecos. El tablero de ajedrez de la región es muy difícil y complicado.

 

La crisis energética en Europa tras el cierre del Gasoducto Magreb-Europa (que atraviesa Marruecos desde Argelia hacia España), el pasado 31 de octubre, la reducción del gas ruso ha llegado a Europa y la apuesta de Suecia por otros mercados, han reafirmado la importancia de la apuesta por las energías renovables.

 

El Sáhara marroquí podría convertirse en los próximos años en una gran fuente de energía para el mismo Marruecos y Europa. Esta realidad molesta a Argelia. Si la energía renovable marroquí supera a la energía gasista argelina, Marruecos será un actor regional e internacional fundamental.

 

Todo eso, nos permite comprender porque ha durado muchísimo el conflicto del Sáhara. Solucionar el problema del Sáhara de una vez significa que Marruecos invierta sus esfuerzos en otros proyectos y objetivos. Hay quien piensa que si Marruecos ha logrado lo que logrado, sin solucionar el conflicto del Sáhara, estos logros triplicarán una vez solucionado. Hay quien aspira que dure el conflicto.

 

«El reino de Marruecos se ha fijado el objetivo de ser un país líder en la producción de energías renovables. Y Argelia no quiere quedarse atrás, dependiendo exclusivamente del gas natural. La agudización de la beligerancia entre los dos países algo tiene que ver por esta competición de futuro: el desierto del Sáhara podría llegar a ser la gran batería eléctrica de Europa. El Sáhara Occidental no sólo interesa por la pesca o fosfatos”, afirmó el periodista experimentado Enric Juliana ( La Vanguardia, 07/11/2021).

 

SOLUNA

 

Dada la situación actual, España tiene que saber elegir sus amigos, socios y socios estratégicos. Madrid por diversas razones, que tienen mucho que ver con la política interna de Pedro Sánchez, no supo mantener el equilibrio diplomático tradicional entre Rabat y Argel.

 

Del régimen militar argelino actual no se esparan muchas buenas cosas. Solo ha logrado sembrar turbulencias en la región y desestabilizar las relaciones hispano-marroquíes. Así, Marruecos y España deben sentarse y pensar en cómo revertir la situación actual.

 

«La triangulación España-Marruecos-Argelia será cada vez más compleja. España necesita mejorar sus relaciones con Marruecos y a la vez debe salvaguardar una buena vecindad con Argelia. Están en juego el suministro de gas y muchas más cosas, de suma importancia en las actuales y aciagas circunstancias. A partir de ahora, para afinar sus equilibrismos en el Magreb, España deberá tener más en cuenta a Israel. Habrá que viajar más a Jerusalén y Tel Aviv», cree el mismo Enric Juliana en un nuevo artículo publicado por La Vanguardia.

 

La conclusión de este destacado analista y periodista español se debe tomar en consideración, ya que Madrid debería saber que hay un antes y después a la decisión histórica americana de reconocer la marroquinidad del Sáhara. Una nueva dinámica a seguir.

 

También «España queda obligada a tomar nota» de las palabras del diplomático, exembajador en Marruecos (1997-2001) y exdirector del CNI, Jorge Dezcallar, quién afirmó ayer viernes que Marruecos conoce más a España que al revés. «Prestamos ( los españoles) poca atención a Marruecos», dijo Dezcallar, según Europa Press.

 

Marruecos está pidiendo a España una postura más atrevida y clara acerca del Sáhara marroquí. «Marruecos quiere que nos pongamos de su parte», concluyó Dezcallar.

 

Si Argelia usa el gas como arma para presionar a España y manipular sus decisiones, las energías renovables de Marruecos podrían aliviar a Madrid de la dependencia de Argel. La fortaleza de Marruecos beneficiará a España y no al revés.

 

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