Rue20 en español/ FEZ
Ismail El Khouaja
Un tira y afloja están conociendo las relaciones de España con Rusia.
España no dio luz verde a los dos buques rusos (Vicealmirante Kulakov y Altai) para escalar en aguas de la ciudad ocupada de Ceuta, ayer jueves 19 de agosto, debido a que el Ministerio de Asuntos Exteriores español no recibió información sobre la ruta de la flota rusa.
Rusia envió la solicitud de entrada de los barcos a principios de verano. Sin embargo, el Ministerio de Asuntos Exteriores español pidió información sobre la ruta y el propósito de su viaje, lo que Rusia considera que es secreto de Estado.
Por lo cual, Rusia no respondió al MAE.
A raíz de aquello, España, a su vez, no respondió a la petición rusa y, por lo tanto, no permitió escalar a los buques en Ceuta.
Fuentes españolas revelaron el «carácter político» de tal decisión, dado que Madrid acogerá en la primavera de 2022 una cumbre de jefes de Estados y de Gobierno de la OTAN.
Los aliados, sobre todo Reino Unido que teme que los rusos recopilarán información cerca de su base naval en Gibraltar, veían con mal ojo la cooperación de Madrid con Moscú al dejar escalar a los buques rusos, principalmente de 2010 a 2016. Durante este período, los barcos rusos realizaron unas 60 escalas con una tripulación de más de 10 mil personas, informa el diario “Russian.rt”.
“El Parlamento Europeo pidió al Gobierno español que explicara la ‘hospitalidad’ hacia los rusos si es coherente con las sanciones de la UE impuestas por la anexión de Crimea”, informa el diario “Dw”.
Se trata de una escala de tres días, según confirma El Confidencial, que debía comenzar el 18 de agosto, donde los rusos tenían que repostar en Ceuta, restaurar los suministros de alimentos, así como visitar la ciudad, como es de costumbre.
Esto dejaba en las cajas de la ciudad, destrozada por Covid-19 y el cierre de fronteras con Marruecos, importantes sumas de dinero: “se calcula que cada tripulante ruso gasta entre 300 y 400 euros cada vez que baja a tierra”, dice El País.
