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En los últimos años, Marruecos va dando pasos agigantados en el sector industrial, sobre todo en el ámbito automovilístico.
«El Gobierno de Marruecos, que en los últimos años ha forjado una importante industria de automoción con dos fabricantes de referencia, Stellantis y Renault, anunció ya el año pasado conversaciones para atraer a alguna de las compañías de renombre en la fabricación de baterías, en especial de China», escribe el diario Faro de Vigo en un artículo titulado «Marruecos se sitúa en la carrera por dos fábricas de baterías por 10.000 millones».
«Marruecos cuenta con mucho suelo industrial casi a coste cero, mano de obra barata e infraestructuras portuarias de primer nivel, lo que motivó a los dos fabricantes de coches a llegar y crecer en el país», agrega.
«De hecho, -prosigue- Stellantis dobló la capacidad de producción en su planta de Kénitra (hasta 400.000 coches y 50.000 microcoches) tras una inversión de 300 millones de euros anunciada el pasado noviembre».
Según el mismo periódico, «la pujante industria del automóvil marroquí también dará el salto a la electrificación, por lo que, como ya dijo el año pasado el propio Mezzour (Ministro de Industria marroquí), la instalación en sus fronteras de plantas de baterías es “el paso lógico”.
El ministro de Industria habló de una gigafactoría y de una inversión de unos 2.000 millones con la que poder equipar 300.000 vehículos. Esta semana, en el acto con economistas celebrado en Casablanca, Mezzour señaló ante los medios locales que los dos proyectos que tiene encima de la mesa ascienden a 10.000 millones.
«Además de los bajos costes y facilidades por parte del Gobierno, otra de las claves de Marruecos para atraer a los fabricantes es contar con algunos de los recursos necesarios para la producción de baterías», destaca la misma fuente.
«De hecho, la coreana LG, socia de Stellantis en la gigafactoría ya anunciada en Canadá, acaba de concretar su desembarco en el país africano precisamente por este motivo», concluye.