Rue20 Español/ Tel Aviv
La Knéset israelí acogió el miércoles por la noche, por primera vez en su historia, una ceremonia con los colores marroquíes con motivo de la Mimuna, la fiesta tradicional de los judíos marroquíes, que se ha convertido en un acontecimiento público que se celebra cada año en Israel.
La Mimuna, propagada por los judíos marroquíes, se celebra la noche del final de la Pascua, como fiesta popular que marca la vuelta al consumo de pan con levadura (Hametz), prohibido durante toda la semana de Pascua.
En esta ocasión, se instaló en la plaza de la Knéset una gran carpa tradicional marroquí, amueblada con mobiliario tradicional marroquí, además de grandes mesas repletas de los platos que solían servir por las familias judías de Fez, la mayoría de los cuales están hechos con masa fermentada.
A la ceremonia, presidida por el presidente de la Knéset, Amir Ohana, originario de Rabat, asistieron varios ministros, diputados, altos funcionarios y sus familias, el jefe de la Oficina de Enlace con Marruecos, Abderrahim Beyyoudh, y cientos de ciudadanos.
Muchos de los invitados presentes insistieron en vestir trajes tradicionales, como el caftán o la chilaba, además del tarbuch, mientras grupos locales interpretaban las canciones tradicionales marroquíes más famosas, incluidas algunas del repertorio judío.
En un comunicado que anunciaba la celebración de esta fiesta popular en la Knéset, Amir Ohana había indicado que «como primer presidente de la Knéset de ascendencia marroquí, celebro esta oportunidad de traer sonidos y colores que antes no existían».
En su discurso del miércoles por la noche ante los asistentes, Ohana subrayó que el Mimuna comenzó como una fiesta para los marroquíes expatriados, pero desde hace tiempo se ha convertido en una ocasión festiva para los israelíes de todo el mundo.