Rue 20 español/Rabat
Jamal Bourfissi
Antes del inicio de la campaña electoral para las elecciones del 8 de septiembre, el Partido islamista de Justicia y Desarrollo (PJD) continúa quejándose del uso de dinero en las elecciones.
El partido continúa advirtiendo sobre las consecuencias de utilizar dinero en las elecciones.
Además de sus quejas por el uso de dinero en las elecciones, el partido también se queja de lo que llama las restricciones a las que están sometidos muchos de sus candidatos.
Muchos observadores asocian las advertencias del partido sobre el uso del dinero con el miedo a la derrota. Es como si el partido le dice al pueblo: Mira, si no logramos la victoria es por el uso del dinero.
Esta estrategia fue probada por el Partido Justicia y Desarrollo en las elecciones anteriores, aunque salió victorioso, pero esta vez el asunto es diferente. La dirección del partido ya teme la derrota, que se prevé inminente.
El partido necesita quejarse del uso del dinero para justificar su muy probable derrota. Esta táctica fue probada por el Partido Justicia y Desarrollo en las elecciones anteriores, aunque salió victorioso, pero esta vez el asunto es diferente, pues la dirección del partido ya teme la inminente derrota del partido en las elecciones.
Hay varios indicios de la prevista derrota del PJD en las próximas elecciones. La primera fue su derrota en las elecciones a los representantes de los asalariados, luego su grave derrota en las elecciones de las cámaras profesionales. A esto se le suma a su limitada candidatura en las elecciones municipales.
El partido cubrió solo el 5 por ciento de los escaños en las elecciones municipales. Detrás del Reagrupación Nacional de los Independientes (RNI), Autenticidad y Modernidad (PAM), el Partido de la Independencia, el Movimiento Popular y otros pequeños partidos.
El PJD no tiene un alcance profundo en la sociedad, y esto es extraño, para un partido que participa en las elecciones desde 1997.
El partido ha mostrado evidencias de que no está arraigado en la sociedad, al contrario de lo que muchos habían imaginado.
El PJD ha caído política y electoralmente en los últimos años, es decir, desde que dirigió el gobierno durante dos mandatos (2011-2016), liderado por Abdelilah Benkiran, y luego (2016-2021) liderado por Saad Eddine El Othmani, donde obtuvo resultados débiles y adoptó decisiones que los ciudadanos consideran desfavorables, pobres y grupos vulnerables.
Por eso, el partido pagará el precio de diez años de mala gestión y se prevé un voto punitivo de la ciudadanía, y la dirección del partido es consciente de ello. Y con el fin de justificar su posible derrota en las elecciones, el PJD está buscándote argumentos para justificar su derrota, pero son justificaciones que no tienen credibilidad ante la realidad.