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Ismail El Khouaja
El rey Mohammed VI, en su discurso con motivo del 68º aniversario de la Revolución del Rey y del Pueblo -que conmemora el exilio de su abuelo Mohammed V y la lucha por la independencia-, hizo pública una “nueva etapa inédita” de las relaciones hispano-marroquíes.
Una vez más, la distensión de la crisis bilateral viene a través de la monarquía, lo que deja muy claro que las crisis bilaterales entre Marruecos y España están condenadas a resolverse por la vía monárquica.
Esta vez, el monarca sentó nuevas bases basadas en “la confianza, la transparencia, la consideración mutua y el respeto a los compromisos” para inaugurar esta etapa.
Un mensaje en clave dirigido a todos aquellos que, de una forma u otra, buscan tergiversar las relaciones de amistad y de sangre que unen a ambas monarquías.
La noticia del Rey tuvo amplia repercusión mediática tanto a nivel nacional como internacional.
Los intelectuales y académicos de ambas orillas, que desde el estallido de la crisis cada uno aportaba su grano de arena para llegar a una pronta resolución, han recibido con alegría la inauguración de esta “nueva etapa inédita”.
El jefe del Departamento de Hispánicas de la Universidad Abdelmalek Esaadi de Tetuán y experto en las relaciones hispano-marroquíes, Abderrahman Fathi, subrayó el papel que ha desempeñado el rey Mohammed VI quien veló “personalmente”, tal como anunció el monarca en el discurso, para dar por terminada esta crisis diplomática.
“El papel del Rey ha sido fundamental para reconducir de nuevo las buenas relaciones bilaterales entre Marruecos y España. Otro mensaje más de paz y entendimiento por parte del Monarca”, afirma Fathi en declaraciones a nuestro diario Rue20.
En una entrevista que concedió el mes pasado a nuestro diario, Fathi estuvo muy crítico con el corte de miras de algunos políticos que desataron esta crisis que afectó considerablemente a las relaciones de vecindad entre los dos países.
Las relaciones con España, según Fathi, son milenarias y van más allá de estos conflictos que no llevan a ningún puerto.
El catedrático, feliz y confiado por las palabras del rey Mohammed VI, espera que el discurso se refleje en las relaciones entre los dos países que pese a su cercanía geográfica han conocido un distanciamiento a nivel cultural y político.
“Esta vez sí serán unas relaciones de vecindad, cooperación y sobre todo transparencia en los temas trascendentales que involucran los dos países a compromisos hacia la prosperidad y el desarrollo”, señala Fathi.
Por su parte, la directora de la Revista Dos Orillas, Paloma Fernández Gomá, acogió con agrado la buena nueva del Rey Mohammed VI en cuanto a inaugurar una nueva etapa de relaciones entre ambas orillas.
“Según he podido leer en medios de comunicación, el Rey de Marruecos, Mohamed VI, llama a ‘inaugurar una etapa inédita’ en las relaciones entre España y Marruecos. Esta es una gran noticia entre dos países vecinos y abocados al diálogo”, dice Paloma en declaraciones a nuestro diario Rue20.
La intelectual española, a través de su considerable revista, siempre ha colaborado para tender puentes entre ambas orillas y acercar posturas a través del diálogo y la difusión de la cultura, que es uno de los mecanismos esenciales que podrían dar por anulado los prejuicios todavía existentes entre dos pueblos “amigos”.
“No hay crisis cuando el sentimiento de cercanía y amistad une a los pueblos. Seguiremos trazando un camino de amistad y colaboración con nuestros amigos marroquíes”, aclara Paloma.
Asimismo, el novelista y expresidente de la Asociación Larache en el Mundo, Sergio Barce, manifestó su felicidad al leer las palabras del Rey, cuando el monarca dio por zanjada la crisis diplomática.
“Creo que esperábamos con verdadera ansiedad el restablecimiento de nuestras relaciones a través del diálogo y el entendimiento entre ambos países”, confiesa Barce en declaraciones a nuestro diario Rue20.
Barce valoró el trabajo “indudable” de las dos monarquías que han desplegado un gran esfuerzo para llevar a buen puerto esta crisis.
“El papel de los dos monarcas ha sido también un factor que ha influido de manera positiva y clara en la resolución de la crisis, y eso hay que reconocerlo”.
Barce destacó también el trabajo “callado y discreto” de la diplomacia de ambos países que ha llevado a la situación que estamos viviendo ahora.
El intelectual español termina deseando “no romper nunca más los vínculos afectivos y de todo tipo que nos unen profundamente”.
La doctora y experta en la literatura marroquí en español, Sahar Ouafqa, ha destacado, por su parte, el papel “decisivo” del monarca alauí.
“El papel de su Majestad el Rey Mohamed VI ha sido decisivo en zanjar la crisis con la vecina España, con una próspera propuesta de reconciliación que aboga por una «nueva etapa inédita» en las relaciones bilaterales, una etapa que hay que entender en todas sus dimensiones”.
Sahar ha hecho hincapié también en las máximas en que tendría que basarse la “nueva etapa inédita” que anunció el Rey.
“El Rey de Marruecos ha subrayado en su alocución que la inauguración de esta nueva etapa está condicionada, entre otros, por el «respeto mutuo», por lo que España tiene que cambiar su postura pasiva y entender que el Marruecos de hoy ya no es el Marruecos de ayer, tal como afirmó el jefe de la diplomacia marroquí, Nasser Bourita”, agrega Sahar.
Sahar ha puesto el dedo sobre la llaga mencionando a uno de los graves problemas que sufre el hispanismo marroquí.
“Para que esta nueva etapa tenga frutos se tiene que poner especial énfasis en el papel del hispanismo marroquí y estar atentos a los hispanistas marroquíes que mucho tienen que aportar a las relaciones bilaterales. Esta es una convicción íntima y creo que la comparten también los hispanistas marroquíes”, alerta Sahar.
Efectivamente, nadie ignora la situación grave que vive el hispanismo en Marruecos.
Sin embargo, esto no es cosa de esta crisis, sino que se viene acumulando, sobre todo, desde la toma de la jefatura de Gobierno por los islamistas que dieron por cerrada la única puerta que anualmente salvaba a los hispanistas del paro: el acceso a los concursos de enseñanza, así como también el desinterés de España por promover el español en el Reino.
Con la “nueva etapa inédita” anunciada por el Rey, que irá en paralelo con un “nuevo Marruecos”, con un nuevo gobierno, esperemos que las cosas se mejoren.
Esperemos también que los hispanistas estén representados en el próximo gobierno. Está deseada representación podrá dar una nueva dinámica al español en Marruecos, así como abrirá las puertas a los académicos de las universidades para que su voz sea escuchada.
El español no abre la puerta al diálogo solamente con el vecino europeo, España, sino a todo un continente, que es América Latina.
Por lo cual, todos estamos invitados a luchar por reactivar el idioma de Cervantes en Marruecos.
No cabe olvidar que el español es parte de la cultura marroquí y no solo un idioma extranjero.
