Rue20 en español/ FEZ
Ismail El Khouaja
Después del mensaje de felicitación del soberano español al rey Mohammed VI con motivo de la Fiesta del Trono el mes pasado, se empezó hablar de una pronta resolución de la crisis bilateral.
El viernes pasado, el monarca alauí, en su discurso con motivo del 68º aniversario de la Revolución del Rey y del Pueblo -que conmemora el exilio de su abuelo Mohammed V y la lucha por la independencia-, hizo pública la inauguración de una «etapa inédita» de relaciones con la vecina del norte.
La noticia cogió por sorpresa y alegría a todos, sobre todo, a los intelectuales y académicos de ambas orillas que desde el inicio de la crisis desplegaron un gran esfuerzo para volver a encarrilar las relaciones de vecindad.
En el discurso Real, el rey hizo hincapié sobre una cuestión esencial que siempre tergiversaba las relaciones entre los ambos vecinos, que es el problema de soslayar la comprensión mutua de los intereses comunes por algunos políticos a la hora de tomar decisiones.
Esta comprensión, achacable a muchas razones, es tarea en la que los intelectuales de ambas partes han de desempeñar un papel clave desde la sociedad civil y la diplomacia paralela para llenar el vacío dejado por los políticos.
Este tema ya lo habíamos abordado con el intelectual José Sarria en una entrevista concedida a nuestro diario. Sarria hizo un llamamiento a los políticos para que “entiendan que cualquier decisión en el camino equivocado apareja dolor y sufrimiento a las personas, a las relaciones, a los vecinos, a nuestros vínculos históricos”.
Sarria ha expresado hoy su “abisal” felicidad por no solo volver a la normalidad, sino a dar comienzo a una etapa “inédita”, tal como anunció el Rey Mohammed VI.
“El reciente anuncio hecho por S.M. el rey Mohamed VI, de que se “inaugura una nueva etapa inédita” en las relaciones entre ambos países que se debe basar en «la confianza, la transparencia, la consideración mutua y el respeto a los compromisos», es una extraordinaria noticia, que muchos llevábamos esperando desde hace meses, por la que hemos estado trabajando y que nos llena de una abisal felicidad”, asevera Sarria en declaraciones a nuestro diario Rue20.
Para el intelectual español, esta crisis no debe pasarse por desapercibido, sino que tiene que ser una oportunidad para revisar posturas y asuntos pendientes entre ambos países para llegar a una vecindad marcada por la estabilidad y el diálogo.
“Debemos de aprovechar esta crisis, como cualquier otra, para deducir de ella una oportunidad que nos conduzca a trabajar «con sincero optimismo …/… a fin de inaugurar una etapa inédita en las relaciones entre nuestros dos países», tal y como ha dicho el monarca. Una etapa, añadiría yo, en palabras de Farid Othman Bentria-Ramos, para “tomar impulso y desarrollar unas relaciones en las que debe implementarse un DIÁLOGO HORIZONTAL”.
El académico de la Real Academia de Córdoba ha valorado principalmente el trabajo hecho por las dos Casas Reales que “han sido determinantes” en la distensión de la crisis, así como el trabajo de los dos Gobiernos.
Por su parte, el intelectual y experto en las relaciones hispano-marroquíes, Aziz Tazi, ve con buen ojo la inauguración de una nueva etapa de relaciones diplomáticas entre Marruecos y España.
“El restablecimiento de las relaciones entre los Estados de España y Marruecos tras el discurso del rey Mohammed VI vino a obviar lo que tarde o temprano iba a ocurrir”, afirma Tazi en declaraciones a nuestro diario Rue20.
El ex jefe del Departamento de Hispánicas de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas Dhar El Mahraz de la Universidad Sidi Mohamed Ben Abdellah de Fez considera que las relaciones con España son especiales y superan cualesquiera conflictos, cosa que es normal entre dos vecinos.
“Uno no se enfada con quien no le importa, pero obcecarse en la irritación y el enfado puede resultar corrosivo a la larga. Las desavenencias siempre han existido entre los esposos, los amigos y los vecinos. Y pasan. Por lo demás, lo propio de los políticos y los gobiernos, de uno y otro lado, es equivocarse, más que acertar”, aclara Tazi.
También llama al diálogo y la empatía que caracteriza las buenas relaciones de vecindad que unen a los ciudadanos de ambas orillas.
“Lo que debe prevalecer, y prevalece, es la empatía y los sentimientos compartidos que unen a un marroquí y un español cuando se sientan a conversar y dialogar en torno a un té o una cerveza”, concluye Tazi.
El periodista y escritor español, Juan José Téllez, recibió la noticia con mucha alegría, como no si es uno de los intelectuales españoles que tienen un vínculo especial con Marruecos.
“Celebro la distensión entre dos países vecinos y con tantos lazos que nos unen, mucho mayores que las cuestiones que nos separan”, dice Téllez en declaraciones a nuestro diario Rue20.
El periodista español ve que la nueva etapa de relaciones va a tener un buen impacto en la cooperación en muchos ámbitos.
“En la orilla norte del Estrecho, se alumbra también una nueva época en la que se va a aparcar el contencioso de soberanía sobre Gibraltar para construir una zona de prosperidad común. Esa fórmula podría exportarse a la orilla sur, incorporando cuestiones económicas, de cooperación, sociales, culturales, deportivas, ecológicas o turísticas. Al final, el patriotismo tendría que partir del bienestar de los patriotas”, agrega Téllez.
Así que volver a llegar a una mejor cooperación es el objetivo deseado por todos partes. Las graves consecuencias económicas que generó esta crisis son más claras que el agua. Todos aquellos que estaban involucrados en ello, deben comprender que desatar una crisis no conduce a nada, pero sí a la piltrafa humana que miles de ciudadanos y empresas han sufrido a lo largo de estos tristes y duros cinco meses.
Decía Albert Einstein que “si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. A los políticos, de algunos partidos políticos españoles (radicales), deben entender que con la integridad de Marruecos no se juega bajo ningún argumento.
La política de doble rasero y de segregación no es ni será una solución. Marruecos siempre ha apoyado la integridad territorial de España, por lo cual merece un respeto merecido hacia su soberanía.
Dicho esto, la paz y la comprensión mutua son el único camino que llevará a mantener las relaciones milenarias que unen los dos países.
