Rue20 Español/ Rabat
Cruce de declaraciones entre los futbolistas belgas, críticas encendidas en torno al equipo, con la edad en entredicho, y primera final al tercer encuentro, el próximo jueves frente a Croacia (18:00 hora local, -3 GMT); así está el ambiente que rodea a los ‘diablos rojos’ en un día de descanso tras la derrota frente a Marruecos (0-2).
Situación límite para la selección de un Roberto Martínez que tras dicha derrota analizó al ser preguntado por EFE la razón de los males de su selección.
“Hemos jugado mejor que contra Canadá. Era el plan. En un Mundial como este tienes que crecer con los partidos que juegues. Hay dos partidos para nosotros. Después del gol no reaccionamos de la manera que tenemos que reaccionar, tenemos que jugar hasta el último minuto de la misma manera. Tenemos demasiada responsabilidad, no veo libertad ni disfrute», dijo.
«Somos un equipo de ataque y tenemos que tener una gran alegría en nuestro juego. Esto puede pasar por lo que se espera de nosotros. Es momento de analizarlo. El último partido podemos jugarlo para tener algo que ganar, y los últimos dos partidos los hemos jugado pensando que teníamos algo que perder”, “Estamos jugando con miedo a perder, es difícil verlo porque en los últimos años siempre hemos sido un equipo muy ofensivo. Nuestros jugadores trabajan mucho sin balón y con balón no veo ese trabajo. Vamos a intentar ser nosotros mismos de nuevo frente a Croacia”, añadió.
No quiso entrar Roberto Martínez a la crítica fácil que se le está haciendo a Bélgica: la edad. Y es que los Diablos Rojos son la sexta selección con más edad media del torneo -27.81-. Por delante tiene a Brasil -27.88- y a Argentina -27.92- en una lista liderada claramente por Irán -28.92-. Para el español, es una cuestión de soltura.
Se desmarcó también de valorar las declaraciones de Kevin De Bruyne antes de viajar a Catar en las que dijo, en una entrevista con The Guardian, que su selección no tenía posibilidades de ganar porque son “demasiado viejos”.
Estas se hicieron virales en Twitter tras la derrota contra Marruecos. Vertonghen contestó en zona mixta con sarcasmo: “Atacamos mal porque somos muy viejos», dijo tras contenerse pensamientos que “no debería decir fuera del vestuario”.
El cruce de declaraciones llegó después de que Eden Hazard, la víspera del partido, dijera con total honestidad que los defensas de Bélgica saben que “no son los más rápidos”.
Reproches sin solución, sobre todo por parte de un De Bruyne que ya reconoció que tiene que aprender a controlar su frustración, algo que de momento no ha mostrado. Además, frente a Marruecos volvió a firmar un partido pobre; egoísta en las conducciones -raro en él- e impreciso con el esférico en los pies. Hasta 27 pérdidas de balón. Demasiado para un equipo que cuenta con Lukaku saliendo de lesión, Hazard que solo está para 60 minutos y un Courtois que salvó contra Canadá y erró frente a Marruecos.
Y es que la realidad es esa. En el entorno de Bélgica siempre se recuerda Rusia 2018, donde fue tercera tras caer por el lado difícil del cuadro -eliminando a Brasil y perdiendo frente a Francia, a la postre campeona en semifinales- tras un gol de Januzaj frente a Inglaterra. Pero mucho ha cambiado en cuatro años.
Hazard es una sombra de lo que mostró en aquel torneo, cuando estaba entre los cinco mejores jugadores del mundo. Ahora deja destellos, pero las ventajas que puede ganar las pierde en cuanto intenta cambiar de marcha. Lukaku llegó al mundial lesionado y habiendo jugado cinco partidos. Witsel ha perdido movilidad lateral y los centrales, es verdad, están lentos.
JUVENTUD SÍ, PERO EN EL BANQUILLO
El fin de la generación de oro de Bélgica se acerca más rápido de lo previsto. Podría ser incluso tras tres partidos de la fase de grupos, mientras los frutos de este crecimiento del fútbol belga lo ven desde el banquillo. Roberto Martínez ha sido el creador de la estructura que permitió al pequeño país de 11,59 millones (en 2021) de habitantes ser una referencia en el fútbol Mundial, pero se le demanda el último paso, que de la alternativa.
Vertonghen, 35 años, es el más veterano de la lista. Toby Alderweireld tiene dos menos. Ambos están dando sus últimos coletazos en el fútbol, volviendo a su país en las filas del Anderlecht y Amberes, respectivamente. Y siguen siendo titulares con Bélgica mientras aguardan Zeno Debast, el más joven con 19 años, Wout Faes (24) y Arthur Theate (22); de momento, sin oportunidades a pesar de que Bélgica juegue con tres centrales. Primero Dendoncker -centrocampista- y luego Meunier -lateral o carrilero- ocuparon la posición restante en la zaga.
Un relevo generacional que en el ataque también se resiente. Una ofensiva en la que, como dijo Roberto Martínez, falta atrevimiento. Yannick Carrasco ha pasado a ser suplente tras ni aparecer en ataque contra Canadá, Leandro Trossard tan solo es revulsivo a pesar de sus siete goles y tres asistencias en Premier League con el Brighton, y Jérémy Doku, llamado a ser el agitador desde el banquillo, no ha tenido minutos aún, como si los tuvo contra Marruecos un Dries Mertens que está lejos ya de ser el que hizo historia en Nápoles.
Decisiones controvertidas que han avivado las críticas en una Bélgica que ya no es conformista con los suyos y que ven que pueden decir adiós a Qatar 2022 nada más empezar.
Y es que a los de Roberto Martínez la victoria les haría pasar sí o sí, al enfrentarse a Croacia. Eso sí, si Marruecos gana a Canadá, lo harían como segundos de grupo y, presumiblemente, se enfrentarían a España en octavos.
En caso de no ganar, la única opción que daría el pase a Bélgica para los octavos de final sería empatar y que Canadá golease a Marruecos, para poder equilibrar la diferencia de goles de -3 que tienen europeos y africanos tras dos jornadas disputadas.
Escenarios posibles en la teoría, con los números en la mano, pero las sensaciones hasta ahora, esperando a que Roberto Martínez reavive a su equipo, dicen otra cosa. EFE