Rue20 Español / Mohammedia
Toufiq Slimani
La Copa del Mundo es una competición especial. El Mundial de Catar es extraordinario por varias razones. Por primera vez se organiza en una tierra árabe. Es un Mundial cuestionado por Occidente que busca siempre imponer sus valores y su visión del mundo a los del Sur. Por primera vez, se democratiza el fútbol: no hay grandes y pequeñas selecciones, no hay favoritos y no hay un jugador supremo.
La victoria de Arabia Saudi ante Argentina, la victoria de Japón ante Alemania, el empate de Túnez con Dinamarca y el empate de Marruecos con Croacia, subcampeona del Mundial de Rusia, invitan al optimismo y a soñar. Además, soñar es gratis.
Marruecos tiene sus opciones para conquistar a Bélgica el próximo domingo. Hoy no vale con tener el mejor equipo y los mejores futbolistas. Es más importante el bloque y el equipo. Las individualidades marcan las diferencias, pero en un Mundial muchas cosas marcan la diferencia: el clima, el vestuario, lo psicológico, las emociones… y hasta el choque de símbolos y civilizaciones.
La selección marroquí necesita demostrar al mundo y a los marroquíes que el empate con la subcampeona no fue un accidente.
La selección marroquí tiene potencial para llegar a octavos de final, por supuesto, a soñar con los Cuartos de Final. Para ir más allá, deben alinearse los astros como se dice en Brasil.
El seleccionador marroquí, Walid Regragui, tomó nota, lógico, de los éxitos de los menos favoritos (Arabia Saudita, Japón, Túnez, España, Marruecos) y de los errores de los favoritos (Argentina y Alemania).
España, nuestro vecino del norte podría ser el ejemplo a seguir. Walid podría seguir los pasos de España, salvando las diferencias. Es decir, plantear el próximo partido con el objetivo de dominar el juego y atacar para decidir cuanto antes el partido. Como no tenemos un nueve puro, un rematador, el bloque podría ser la clave.
Bélgica demostró ayer ante Canadá, a pesar de la victoria inmerecida, que es un equipo que se descompone en el primer tiempo.
Walid tiene otra misión: romper la racha de victorias del seleccionador de Bélgica, el español Roberto Martínez.
Es una oportunidad de oro para Walid para que nos presente sus cartas credenciales y coma en la mesa de los grandes.
Para evitar que el último partido ante Canadá se convierta en una batalla de vida o muerte, Marruecos tendrá que ganar a Bélgica de Hazard y Roberto Martínez en la ‘Batalla de los Leones».