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sábado, noviembre 23, 2024

La marroquí Touzani regresa al festival de Valladolid

 

Rue20 Español/ Rabat

 

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El retorno al festival de Valladolid de la marroquí Maryam Touzani («Le bleu du caftan») y de Tarik Saleh («Boy from heaven»), de origen egipcio, ha ampliado este viernes la gavilla de aspirantes a la Espiga de Oro de la sección oficial durante la última jornada de proyecciones a concurso.
Fuera de competición ha participado Martin McDonagh («The banshees of Inisherin») con un drama ambientado en la Irlanda rural del primer tercio del siglo XX y la participación de Colin Farrell, como tributo al país invitado a esta 67ª Semana Internacional de Cine (Seminci), que finaliza este próximo sábado con la lectura del palmarés y la proyección de «Master gardener», de Paul Schrader.
RELIGIÓN Y PODER
Cinco años después de ganar la Espiga de Oro de Valladolid con «El Cairo confidencial» (2017), Tarik Saleh ha presentado «Boy from heaven», elegida para representar a Suecia en los Óscar de Hollywood, una condena más que reflexión sobre la férrea lucha del poder por controlar espacios políticos y religiosos.
Saleh (Estocolmo, 1972) ha admitido que este último trabajo suyo, premiado en Cannes como autor del mejor guion, bebe de la novela histórica ‘El nombre de la rosa’ (1980), de Umberto Eco, para mostrar las luchas de poder en Egipto con el trasfondo de la sucesión del Gran Imán de la Universidad Al-Azhar, creada en el siglo XI, foco de las ciencias islámicas y epicentro del sunismo.
La elección del nuevo Gran Imán será objeto de una cruenta lucha entre las facciones moderada y radical del islamismo, con implicaciones del Gobierno de Egipto a través de sus servicios secretos.
En esta batalla por el control de unos de los centros religiosos de Egipto inscribe Saleh un guión más que notable de suspense, intriga, espionajes y asesinatos que, muy al final del largometraje, sorprende con improvisados giros propios de un maestro que, por otra parte, ayuda a sobrellevar un largometraje de más de dos horas.
«Me encanta Egipto, pero a Egipto no le gusto yo», ha ironizado el realizador durante una rueda de prensa tras ser preguntado por la prohibición de rodar en el país de sus abuelos al ser declarado persona ‘non grata’, lo cual le obligó a filmar en la mezquita de Solimania, en Estambul (Turquía), donde situó la universidad islámica de El Cairo cairota, principal escenario del filme.
Saleh también ha reflexionado sobre el concepto cardinal del Islam que subyace en toda la película, el de que ‘Dios es grande sobre todas las cosas’, «algo que puede ser interpretado de una forma revolucionaria porque si eres un rey o dictador como Al Sissi o Sadam Husein, Dios va a seguir siendo más grande que tú», ha objetado.
LIBERTAD SEXUAL EN TERRITORIO HOSTIL
Un delicado alegato en favor de la libertad sexual, en cualquiera de sus manifestaciones aunque Maryam Touzani (Tánger, 1980) ha optado por la homosexualidad masculina, desliza con sutileza pero sin tapujos «Le bleu caftan», el segundo largometraje de esta directora que en 2019 ya presentó en Seminci su primer trabajo («Adam»).
La paciente elaboración artesanal de un caftan (indumentaria tradicional) para una clienta, con primorosos bordados y pasamanería de cordones, borlas y galoncillos, marca el tempo de la película, el mismo que emplea el protagonista y su aprendiz en su confección y durante el cual aflora la homosexualidad reprimida del modisto.
El maestro está casado con una mujer gravemente enferma, que con certeza conoce las aflicciones de su esposo, y a quien invita a defender la libertad de amar con la persona de su libre elección.
La inspiración para este largometraje le vino a Touzani de algunos casos que había oído durante su adolescencia, «en el que el marido tenía una vida paralela», ya que la homosexualidad está prohibida en Marruecos.
Durante una rueda de prensa telemática, ha afirmado que cuando escribe no piensa en temas «sino en personajes», aunque ha valorado que su cine pueda contribuir a que se traten estos asuntos y cómo afectan a las personas.
«Simbólicamente dice mucho del deseo de apertura de hablar de cosas que no son siempre fáciles, que todavía son muy sensibles en el país y representa una voluntad de cambio que es muy bonita para mí», ha reconocido. EFE

 

 

 

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