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El presidente de la Asociación de Cooperación Canarias-Marruecos (ACAMA), Rafael Esparza, defendió en Naciones Unidas la autonomía para el Sahara como «solución al sufrimiento de los saharauis».
«Soy un canario, que hablo en mi nombre, y en el de mi asociación Acama. He sido miembro fundador del partido socialista popular y Secretario General del PSOE en Las Palmas de Gran Canaria y como tal me niego a aceptar que lo que ayer aquí se dijo represente la opinión generalizada en Canarias, como un pensamiento único, cuando lo cierto es que el PSOE ha sido el partido más votado y está en el Gobierno de Canarias». Así ha empezado su discurso Rafael Esparza.
El investigador sobre el Sahara ha subrayado que «la dimensión humanitaria del contencioso regional del Sahara marroquí, pone de manifiesto la responsabilidad irrenunciable del país de acogida de los campamentos de Tinduf (Argelia). Como ha puesto de manifiesto sus últimas actuaciones políticas contra Marruecos y mi país, el país anfitrión de los campamentos de Tinduf no es un espectador sino el actor principal en este drama humanitario. De hecho, esta población secuestrada, está sufriendo las peores violaciones de los derechos humanos, en el marco de una situación inédita y excepcional según el derecho internacional humanitario».
Según el sociólogo grancanario y experto en el Magreb, «el país anfitrión ha delegado la autoridad sobre parte de su territorio a una milicia armada que no tiene ninguna legitimidad según el derecho internacional… En el informe OLAF de la comisión europea de 2007 se dice: «Ni el país anfitrión ni el Polisario han aceptado que un recuento de la población de los campos sea efectuado por las organizaciones internacionales, a pesar de las demandas formales hechas por el Alto Comisario para los Refugiados de la ONU en 1977, 2003 y 2005 y hasta la fecha de hoy no se ha cumplimentado el requerimiento.
Esta malversación, posibilitada por la negativa del país anfitrión a autorizar el censo de población de los campamentos de Tinduf, ha permitido el enriquecimiento personal de muchos dirigentes del Polisario y el mantenimiento de un confortable nivel de vida para ellos y sus familias fuera del territorio, mientras que la gran mayoría de la población soporta una vida dura, sin libertad y sin esperanza»».
En el mismo sentido, Rafael Esparza ha indicado que «en esa situación de anarquía, las poblaciones de los campamentos se ven privadas de toda posibilidad de recurso judicial ante las múltiples violaciones de las que son víctimas», según informó el diario de Las Palmas de Gran Canaria La Provincia.
«El propio líder polisario, Brahim Ghali, es culpable de numerosos crímenes contra la humanidad. Este caso es solo un botón de muestra de los numerosísimos secuestros, torturas, asesinatos y encarcelamientos que vienen sucediéndose desde 1974», ha concluido.