Rue20 en español / Mequínez
Mohamed Charbi
No cabe duda alguna de que la relación diplomática entre Marruecos y España está pasando, desde el pasado abril del año corriente, por momentos muy difíciles.
Ambos países siguen viviendo una crisis sin precedentes a nivel diplomático desde la «maldita» llegada clandestina del presunto líder del Frente Polisario, Brahim Gali, a la ciudad española de Logroño.
El mutismo sigue marcando y caracterizando dicha crisis diplomática que ha durado más de cien días.
A pesar de las últimas reacciones positivas y las señales optimistas del Gobierno español para tratar de solucionar cuanto antes las tensiones diplomáticas entre Rabat y Madrid, nada ha cambiado en el terreno, todo sigue igual, prácticamente hablando.
Hasta ahora nadie se ha atrevido a jugar el papel de mediador entre ambos países para encontrar una solución adecuada a dicha crisis.
Muchos políticos, observadores y ciudadanos de ambas naciones esperan y siguen esperando la intervención de los reyes de Marruecos y España para acabar, de una vez por todas, con este problema que obstaculiza el desarrollo de los vínculos entre los dos vecinos.
Se confía mucho en las instituciones reales de ambos países, dado la importancia que tienen sobre todo en este tipo de conflictos sensibles.
Nadie puede negar la efectividad que suele tener la intervención de las casas reales cuando toman cartas en un asunto.
Puesto que este «sueño» aún no se ha hecho realidad durante todo este periodo de la crisis, había quienes que ya habían empezado a poner varios puntos de interrogación acerca de la relación amistosa entre el rey de Marruecos Mohamed VI y el rey de España Felipe VI durante la crisis diplomática.
Las dudas han crecido doblemente sobre todo durante estos últimos días que coinciden con la celebración del 22 aniversario de la Fiesta del Trono.
Varios países, incluso los países «aliados» del Frente Polisario como Nicaragua y Cuba, comenzaron a felicitar desde ayer al monarca marroquí con motivo de esta Fiesta Nacional, que es una fecha histórica y solemne tanto para el Rey como para el pueblo de Marruecos. Sin embargo, la misiva real de España no llegó a Marruecos.
Pero hoy (sábado) sí que ha llegado la misiva del monarca español, despejando así todas las dudas relativas a las relaciones de amistad y amor que unen para siempre a los reyes de Marruecos y España.
Se trata de la primera misiva entre los dos monarcas desde el estallido en abril pasado de la crisis diplomática entre Marruecos y España.
Es una misiva llena de amor, esperanza, optimismo,… y que se puede interpretar de varias formas muy positivas.
Esta carta real significa que los vínculos entre las dos instituciones reales siguen gozando de muy buena salud pese a las tensiones continuas entre Rabat y Madrid, o sea, la crisis diplomática no ha podido afectar a los dos monarcas.
Asimismo, la misiva transmite un mensaje muy esperanzador en lo que a la solución de la crisis se refiere, ya que las vías reales siguen funcionando como Dios manda.
La misiva del rey Felipe VI ha sido una ocasión tambien para romper el hielo y levantar el mutismo entre los dos países vecinos, aunque no mediante los gobiernos sino a través de las casas reales.
Del mismo modo, la carta del monarca español también demuestra claramente que las relaciones del rey Mohamed VI y el rey Felipe VI son tan fuertes que no pueden ser afectadas ni dañadas pase lo que pase.
Para concluir, hay que destacar que Marruecos y España son dos países hermanos, amigos y vecinos desde varios años. Por lo tanto, no tienen el derecho de ser «enemigos» ni en la política ni en la diplomacia ni en ningún otro ámbito.
Deberían trabajar juntos, codo a codo, para lograr el bienestar y la prosperidad para sus dos pueblos que están unidos por una hermandad infinita.