Rue20 Español/ Rabat
Las Palmas de Gran Canaria acogió el jueves y viernes la I Conferencia Internacional por la Paz y la Seguridad, organizada por el Movimiento Saharauis por la Paz (MSP) en colaboración con el Fórum Canario Saharaui, que tuvo como objetivo debatir sobre la urgente necesidad de una solución pacífica al problema del Sáhara, como elemento indispensable para la paz y la estabilidad en el noroeste africano y el Mediterráneo.
«Nos reunimos hoy decenas de personalidades: notables y representantes de aquellas tribus, cuadros, ex dirigentes, ex militares e intelectuales. En definitiva, mujeres y hombres saharauis de distintos orígenes y sensibilidades, pero con una motivación única en común: buscar el modo de rescatar a nuestro pueblo del túnel oscuro en el que ha quedado atrapado desde hace medio siglo», dijo el primer secretario del MSP, Hach Ahmed Bericalla.
En su intervención en este encuentro, Bericalla recordó que «en los últimos días de la presencia española en el territorio (Sahara), en octubre de 1975, otro grupo de notables miembros de la Asamblea del Sáhara se reunió en la localidad mauritana de Ain Bentili a petición del recién constituido Frente Polisario. En aquellas circunstancias difíciles y complejas, esos notables que iban cargados de buena fe y las mejores intenciones terminaron embarcados en un viaje inesperado a Argel, la capital que entonces se conocía como “La Meca de las Revoluciones”».
«Una vez allí, fueron exhibidos ante el presidente Bumedián por los entonces aún desconocidos cabecillas de un movimiento armado fundado dos años antes en la ciudad mauritana de Zuerat. Ese acto fue usado, tal y como quedó demostrado a posteriori, para proporcionar un atisbo o presunción de legitimidad a una organización concebida y creada por personas en su mayoría desconocidas para los saharauis del territorio. El tiempo y los hechos demostrarían que su intención era sustentar planes foráneos que nada tienen que ver con los intereses y aspiraciones del pueblo saharaui», agregó.
Para el primer secretario del MSP, esta reunión presencial celebrada en Las Palmas de Gran Canaria «con participación de los descendientes de aquellos notables, así como de muchos más que se ausentaron en aquel 12 de octubre de 1975, pretende corregir ese desafortunado accidente de la historia y devolver a los saharauis las riendas de su propio destino».
«No podemos permitir que nuestro pueblo sea masacrado y devastado por el capricho de los proyectos fallidos de unos pocos, siendo a su vez sacrificados por las agendas políticas de caudillos regionales», destacó.
Durante este encuentro, el primer secretario del MSP subrayó también que «el estancamiento de las negociaciones y el fracaso de no menos de diez enviados especiales y de tres secretarios generales de la ONU, ha provocado que la mayoría de los saharauis pierdan la esperanza y fe en el liderazgo del Polisario y su proyecto político«.
«Un proceso de toma de conciencia que terminó allanando el camino a un nuevo despertar. Un nuevo comienzo que miles de saharauis, cuadros militares y civiles con sus respectivas familias, ya tuvieron oportunidad de mostrar, al regresar a sus lugares de origen abandonando los campamentos de Tinduf. Otros muchos escaparon y se instalaron en los países vecinos, principalmente en Mauritania y España. Cientos de ellos acabaron aquí, en las Islas Canarias», añadió.
Asimismo, esta Primera Conferencia Internacional por la Paz y la Seguridad fue una ocasión para hacer «un llamamiento a los amigos del Polisario, especialmente en España, a que no entorpezcan el debate dentro de la sociedad saharaui. Si realmente se preocupan por el pueblo saharaui, por su bienestar y su porvenir, deben animar el diálogo y la convivencia y no a los radicalismos, y deben propiciar la solución posible y no secundar posiciones sectarias de quienes persisten en actitudes tercas y antidemocráticas».
«Ayudar a los saharauis no consiste exclusivamente en recabar subvenciones en las instituciones públicas para hacer llegar alguna ayuda humanitaria a los refugiados de Tinduf, ni sentir compasión por ellos o por sus hijos, sino persuadirles para que abracen las soluciones posibles, con objeto de poder volver dignamente a su tierra, reunificar a las familias fracturadas, gozar de sus mares, su clima apacible, disfrutar de sus riquezas y no depender de la caridad», prosiguió el primer secretario del MSP.
Bericalla reiteró también en nombre de los cuadros, dirigentes y militantes del MSP, su «llamamiento a todas y a todos los saharauis, por encima de sus diferencias políticas, ideologías o incluso celos por intereses de grupo o componendas tribales a ambos lados de la berma, a que se sumen, desde una altura de miras a esta propuesta política, moderada y realista, a participar de ella y liderarla, a convertirla en el tren que salvaguarde a nuestro pueblo de la fatalidad de la guerra y lo conduzca hacia el futuro. Un futuro de paz y estabilidad para todos donde se logre, antes que nada, curar los estigmas y desgarros del pasado, recuperarse de las penalidades y amarguras del exilio, reunificar a las familias y disfrutar de una vida libre y digna en su propia tierra. Se trata, ante todo, de conjurarse contra el peligro de la derrota y la extinción al que nos arrastra un proyecto fallido, para poder dejar una mínima herencia a las futuras generaciones».
«Tras medio siglo de esfuerzos y sacrificios persiguiendo utopías imposibles, ha llegado la hora de demostrar al mundo que estamos preparados para extraer las debidas lecciones de nuestra amarga y dura realidad, unirnos para salvar el presente y construir el futuro posible. Pues la mayoría de nuestro pueblo, tal y como ha quedado evidente en este Melga Saharaui ya no cree más en ideas revolucionarias obsoletas, ni confía en promesas fantásticas inalcanzables», aclaró.
«Con motivo de este encuentro, el MSP se permite adelantar, de cara a una posible contribución a la resolución del problema, algunas ideas o elementos de una hoja de ruta.
En términos generales estaríamos refiriéndonos a un proyecto de Estatuto Especial para el Sáhara Occidental, cuya ejecución proporcionaría a los saharauis un sistema político, legislativo y judicial conforme a los estándares universalmente reconocidos y experimentados. Será, sin duda, una experiencia inédita en la historia del pueblo saharaui, pues se verá dotado de instrumentos para gestionar sus propios asuntos a través de instituciones modernas basadas en los valores cívicos de la ciudadanía, la igualdad y la democracia. Por fin, después de la larga noche colonial y del fallido proyecto de Tinduf, los saharauis autóctonos podrán reunificarse en su tierra y ejercer como ciudadanos, y no como refugiados o parias. En suma, participar en el desarrollo de su país y vivir dignamente en un ambiente de paz y de tranquilidad al amparo y en convivencia con un Estado de derecho», dijo el primer secretario del MSP.
«Hemos de aprovechar el interés que aún muestra la Comunidad Internacional por hallar una solución pacífica. La nueva postura de países importantes como Estados Unidos, Francia, Alemania y, especialmente, España, ofrece una oportunidad irrepetible», destacó.
Para Bericalla, «La apuesta de estos gobiernos por un arreglo del problema del Sáhara Occidental favorece significativamente esta dinámica. Es importante que España, el país occidental con más influencia en la cuestión del Sáhara en razón a sus vínculos y responsabilidades históricas, se involucre como nunca antes en el proceso de una solución de compromiso entre las partes. En ese sentido, quiero desde aquí expresar nuestra gratitud al Presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, por su valiente iniciativa de sacar a España de su tradicional neutralidad negativa, y querer contribuir a un arreglo del eterno contencioso del Sahara».