Rue20 Español / Casablanca
La expresión «buscarle tres pies al gato» se aplica a algunas preguntas planteadas en España sobre el estado de las relaciones hispano-marroquíes tras la decisión histórica española de respaldar el Plan de Autonomía para el Sáhara planteado por Marruecos desde 2007.
Meter a Marruecos en cualquier pregunta dirigida al ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, se ha convertido en algo normal y corriente. Una pregunta que se dirige a veces a los responsables extranjeros, pero en realidad, es una afirmación de quien la plantea.
En vísperas de acudir al funeral por Isabel II en Londres y a una reunión de la Onu en Nueva York, el ministro Albares hizo un alto en Lugo en donde fue preguntado si Madrid «ha recuperado las relaciones con Marruecos a costa de perderlas con Argelia».
Albares respondió claramente sin caer en la trampa. «Con Marruecos estamos construyendo una nueva etapa de nuestra relación, muy sólida. Se ha restablecido con normalidad el paso de personas desde Ceuta y Melilla. Tenemos una cooperación en materia migratoria que está siendo muy exitosa, cuando todas las rutas europeas de entrada de inmigrantes irregulares se están activando —la de los Balcanes se triplica—», afirmó dando prioridad a Rabat.
Después pasó a aclarar el estado de las relaciones con Argelia. «Lo que queremos con Argelia es tener las mismas buenas relaciones que tenemos con todos nuestros vecinos, basadas en la amistad, en el beneficio y el respeto mutuo y en la no injerencia en asuntos internos», concluyó.
Ojo a la última frase: no injerencia en asuntos internos. Albares reafirma que la decisión de apoyar la marroquinidad del Sáhara es una decisión soberana del Estado español.
En la misma línea, Marruecos ha sido planteado en una entrevista concedida por la embajadora finlandesa en Madrid, Sari Rautio, al diario El EL PERIÓDICO DE ESPAÑA.
Hablando de la diplomacia española, el entrevistador pregunta a la embajadora si cree que España está en un momento tan delicado por los problemas que tiene con Argelia, y los que tuvo con Marruecos.
La embajadora no cayó también en la trampa y respondió a la medida. «Sigo la situación con mucho interés, y veo que hay desafíos. Pero todos tenemos vecinos que nos desafían. Tenemos que ser capaces de manejarlos. Y veo que el Gobierno español es muy capaz para manejarse en estas aguas y estos tiempos turbulentos. No tengo ninguna duda. España es un socio importantísimo para Finlandia. Ve la seguridad desde el punto de vista de 360º: aunque tiene desafíos en su vecindad sur, e invierte mucho en el norte de África y Sahel, no deja de participar en el norte de Europa. Por ejemplo, su participación en la presencia de la OTAN en los países Bálticos es muy importante, impresionante. En la cumbre de Madrid España lo ha dicho muy claro: en este momento en que Ucrania sufre una guerra injusta, ha dicho que es importante que se invierta en la seguridad del flanco este y norte, pero sin olvidar el flanco sur», concluyó.