Rue20 Español/ Rabat
En el marco de la operación PRINTER, las autoridades españolas han desmantelado en Bermeo (Bizkaia), un taller clandestino para la fabricación casera de armas, cartuchería metálica, artefactos y mezclas explosivas mediante impresión 3D.
Han sido intervenidas varias armas de fuego, entre ellas armas de guerra municionadas y listas para su uso, y ha sido detenido un hombre como presunto responsable de su fabricación.
Asimismo, se ha intervenido tres fusiles de asalto, pistolas municionadas, una escopeta de cañones, cinco artefactos explosivos, casi 200 iniciadores eléctricos, tres kilos de pólvora, más de seis kilos de precursores para crear mezclas explosivas, cerca de 400 cartuchos metálicos y dos impresoras 3D, entre otros. Varias de las armas tenían sus números de serie borrados o carecían de ellos lo que evidencia su procedencia ilegal, según anunció la Guardia Civil hoy.
La operación se inició en diciembre de 2021, cuando la Guardia Civil tuvo conocimiento, a través del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO), de una transacción sospechosa de precursores de explosivos a través de una plataforma de comercio on-line.
A pesar de las medidas de seguridad adoptadas por el presunto autor para evitar ser descubierto, se consiguió identificar a un individuo de 51 años residente en Bermeo (Bizkaia).
Asimismo, se pudo constatar cómo esta persona habría adquirido los precursores para la fabricación de mezclas explosivas, como la pólvora, con finalidades desconocidas. A medida que avanzó la investigación, también se descubrió su posesión ilegal de varias armas de fuego (algunas de ellas introducidas mediante contrabando desde el extranjero) y la fabricación de armas de fuego o sus componentes esenciales mediante impresoras 3D.
Por tal motivo, se procedió al registro de la vivienda y del garaje de esta persona, donde se intervinieron 5 pequeños artefactos explosivos improvisados ya montados y dotados de sus respectivos sistemas de detonación eléctrica a distancia, así como de 197 iniciadores eléctricos, alrededor de 3 kg. de pólvora y 6,5 kg. de precursores y sustancias químicas utilizadas para la fabricación casera de estos artefactos y mezclas explosivas.
Cabe destacar, la actuación de los Técnicos en Desactivación de Explosivos (TEDAX) de la Guardia Civil, en la desactivación y destrucción dado el riesgo que ello conllevaba tanto para el mismo y su familia como para los moradores del resto de viviendas de su bloque.
Fabricación ilegal y depósito de arma
De entre estas armas, destacan por su peligrosidad los 3 fusiles de asalto, catalogados como armas de guerra, tanto por su calibre como por su capacidad de efectuar fuego automático (ametrallador), por lo que su tenencia está totalmente prohibida a los particulares. Además, se da la circunstancia de que se trataba de armas originalmente inutilizadas (desactivadas) que el detenido había manipulado en su taller clandestino para reactivarlas, dejándolas de nuevo en condiciones de efectuar fuego real.
Además de las armas completas y activas antes citadas, también le fueron intervenidas otras 2 pistolas desmontadas y numerosos armazones, correderas, cañones semi-elaborados de fabricación artesanal, adaptadores para el acople de silenciadores y otras piezas y herramientas, que evidenciaban que el detenido también se dedicaba a la fabricación ilegal de armas mediante el ensamblaje de piezas de diferentes orígenes.
Con esa finalidad poseía igualmente 2 impresoras 3D de última generación con las que ya había fabricado varios armazones de pistola, empuñaduras y otras piezas, que junto con el resto de partes metálicas de armas intervenidas irían destinadas al ensamblaje de armas completas. Para ello igualmente disponía de numerosos envases de resina para impresión 3D y de bobinas de filamentos PLA, que son la materia prima utilizada para su fabricación.
El detenido que carecía de licencia de armas y por tanto estaba impedido para adquirir en un establecimiento autorizado las municiones que necesitaba para las armas que fabricaba y poseía ilegalmente, también se dedicaba a la fabricación casera de esta munición, para lo cual tenía instalado un taller en un garaje cerrado (bajera) en los sótanos de un edificio próximo, donde tenía instalados bancos de trabajo con tres máquinas de recarga de cartuchería, cientos de vainas vacías, proyectiles, pistones (fulminantes) y pólvora para la fabricación casera de munición de los calibres 45 ACP, 6,35 ms., 9 mm parabellum, 44 magnum y 223 Remington, alguno de ellos catalogado como calibre de guerra.
Del registro realizado en el garaje se intervino cerca de 400 cartuchos ya terminados y cargados de los citados calibres, listos para ser usados. Dada la cantidad de munición no se descarta que parte de la que fabricaba la dedicase a su venta ilegal a terceras personas.
Fabricación de armas mediante tecnología de impresión 3D
La fabricación de armas o de sus piezas mediante tecnología de impresión 3D es una amenaza emergente, por el riesgo que supone la fabricación incontrolada por particulares de armas de fuego; motivo por el cual desde la Guardia Civil se viene realizando un constante esfuerzo para tratar de atajar esta nueva fuente de suministro; siendo esta la segunda operación que realiza en esta materia tras la desarticulación en Junio de 2020 en A Coruña de otro taller clandestino de fabricación de armas mediante impresión 3D.
Depósito de explosivos
Los precursores de explosivos son sustancias químicas que, a partir de determinadas concentraciones y mezcladas entre sí o con otros productos, son susceptibles de utilizarse para la fabricación casera e ilícita de explosivos, por lo que su comercio, adquisición, tenencia y uso están rigurosamente controlados para evitar su desvío a fines ilícitos, violentos o terroristas.
Para su legal adquisición en nuestro país es necesario contar previamente con una licencia que otorga el Ministerio del Interior a través del CITCO, que es el Punto de Contacto Nacional en materia de precursores, y con el que la Jefatura de Información de la Guardia Civil trabaja estrechamente en esta materia. A lo largo del presente año la Guardia Civil ha analizado más de 298 solicitudes de este tipo de licencias de precursores y ha realizado 20 inspecciones a establecimientos que comercian con precursores e investigado otras 28 transacciones sospechosas.
Con esta intervención se ha impedido no sólo que el elevado número de artefactos explosivos, armas y municiones incautadas pudieran ser empleados en hechos violentos o desviados al mercado negro, sino también el riesgo para los vecinos de los lugares donde eran almacenados.
La operación ha sido desarrollada por la Jefatura de Información (UCE 3) de la Guardia Civil con el apoyo del Grupo de Información de la Comandancia de Vizcaya, el Grupo de Desactivación de Explosivos (GEDEX) de Bizkaia y Gipuzkoa, el Grupo de Acción Rápida (GAR) y el Servicio Cinológico (perros detectores de armas y explosivos).