Rue20 Español/ Rabat
El Reino de Marruecos no deja de rescatar y conservar, desde hace mucho tiempo, el patrimonio judío existente en el país.
En este sentido, recientemente se inauguró, en la medina de Tánger el museo Beit Yehuda, dedicado a la herencia cultural e histórica de los judíos marroquíes en la sinagoga Assayag.
Se trata de un proyecto financiado por el Gobierno marroquí, impulsado por el rey Mohamed VI y realizado por algunos de los muy pocos judíos que permanecieron en el país tras las migraciones masivas de la segunda mitad del siglo XX.
“La gente te conoce y cuando te conoce, es la relación humana lo que vale, no es la política”, dijo Sonia Cohén de Azagury, una de las judías que viven en Marruecos, para Enlace Judío.
Cohén convirtió el rescate del patrimonio judío en una misión de vida cuyos resultados hoy pueden apreciarse en pleno centro de la ciudad de Tánger.
Sonia Cohén de Azagury pudo salvar una sinagoga de Marruecos transformándola en museo, con la ayuda de las autoridades marroquíes.
Comenzó a labrar la idea de crear un museo que le mostrara a los jóvenes marroquíes la importancia de la herencia judía en su país.
«El gobernador de la región estaba de acuerdo con mi idea de hacerlo aquí, en esta sinagoga. (Crear el museo) costó como 200,000 dólares, que pagó el gobierno, con este fondo que hicieron gracias a Su Majestad, el Rey de Marruecos», subrayó Cohén.
“Marruecos ha sido siempre un país muy tolerante, muy abierto a Europa y a Occidente”, agregó.
Entre los objetos más preciados para Cohén se encuentra una hermosa colección de trajes de berberisca, que usaban las novias judías en sus bodas y en toda ceremonia importante. Incluso hoy en día los siguen empleando las mujeres judías de origen marroquí en diversos países del mundo, informó Enlace Judío.
“Han venido los israelíes, muchísimos, están viniendo a visitar Marruecos y están encantados. Y no solamente contentos sino que en el fondo de su corazón es como si volvieran a sus raíces, a su tierra, que es su tierra porque aquí los judíos han vivido desde hace más dos mil años.”, concluyó Cohén.