Rue20 Español/ Mequínez
Lo que acaba de hacer el Túnez de Kais Saied es, a todas luces, una gran traición hacia el Reino de Marruecos.
Marruecos nunca dejó de echar una mano a Túnez sobre todo en la necesidad y adversidad porque considera al país tunecino como vecino, amigo, hermano y socio.
Sin embargo, el Estado de Túnez olvidó todo eso y apuñaló a Marruecos por la espalda. A buen servicio, mal galardón.
Túnez, un país que está sufriendo problemas internos y externos, demostró en público y sin pudor su verdadero rostro y su venenosa intención al recibir al presunto líder del Frente Polisario, Brahim Ghali.
El país vecino Túnez, paradójicamente, decide optar por los «socios» más débiles en la región – Argelia y el Polisario -, creyendo que le van a apoyar y ayudar a salir de sus crisis. Si un ciego guía a otro ciego,…
Con este gesto negativo tunecino, Kais Saied da al traste con las excelentes relaciones de amistad y cooperación que hay entre Marruecos y Túnez.
Este comportamiento del presidente tunecino, que no respeta ni la vecindad ni la integridad territorial nacional marroquí, no es lógico ni oportuno, sobre todo en estos tiempos difíciles, donde todo está amenazado en la región: economía, seguridad, estabilidad,…
Con este comportamiento inadecuado, se vaporiza la esperanza de reconstruir la Unión del Magreb Árabe. Nunca se convertirá en realidad este sueño mientras haya países magrebíes que apoyen al Polisario. Apoyar a esta banda terrorista es como apoyar el independentismo y el separatismo. La Unión Magrebí necesita la unión y la solidaridad y no la separación.
El mensaje implícito de Túnez tendrá un antes y un después tanto en la región como en las relaciones marroquí-tunecinas.
En resumen, el Túnez de Kais Saied está jugando con fuego, y quien juega con fuego se quemará tarde o temprano.
Cabe aclarar también que el apoyo tunecino al Polisario no repercutirá en gran medida en el expediente del Sáhara marroquí. Grandes países del mundo ya han reconocido y siguen reconociendo la marroquinidad del Sáhara.